Ni las buenas intenciones, al menos de algunos de los miembros del plantel, fueron suficientes para que el plantel del Deportes Tolima sumara tres puntos vitales en su objetivo de ratificarse en el grupo de los ocho de la Liga BetPlay 1 2025. El funcionamiento del colectivo es, a todas luces, deficiente, y así quedó expuesto en el sufrido empate (1-1) ante Fortaleza, que por poco le pinta la cara en el césped de Techo.
Sin exageraciones: lo del ‘Vinotinto y Oro’ es preocupante, porque solo tuvo algunos momentos frente a un rival inferior, pero que entendió lo que se jugaba en el cotejo al que asistieron 2.000 de la ‘tribu’, quienes se fueron en medio del sinsabor a sus casas. De no ser por el tanto del ariete paraguayo Gustavo Adrián Ramírez, el balance desde lo numérico hubiera sido lapidario, en medio de su clara irregularidad.
Quedó claro que el triunfo frente al Once Caldas (2-0), en el que se impuso con lo justo, fue apenas un espejismo en lo que se espera de los ‘musicales’, que volvieron a dejar interrogantes sobre sus verdaderas capacidades. La displicencia en acciones puntuales de juego, la reiteración en las fórmulas que no daban resultado, y la elección de hombres que no han dado la talla, hoy centran la atención en Ismael Rescalvo.
Gustavo Adrián Ramírez y un bálsamo para la desazón
Y es que el ‘matador’, en el área chica, capitalizó un centro desde el costado izquierdo del extremo Álex Castro, que tras casi 75 minutos de espanto reaccionó y en los últimos 15' se convirtió en uno de los destacados del club. Ramírez, incluso enredándose en la definición, pudo al final solventar y mandarla al fondo de las redes del arco norte del coliseo capitalino; en una especie de desahogo personal (82').
A diferencia del argentino Gonzalo Lencina, que si bien participó en la acción de gol, lució inquieto y no tuvo esa frialdad de duelos pasados en los que marcó la diferencia y pudo llevar al grupo hacia presentaciones más dignas. Quizá, entre otras, porque sigue sin que le llegue el balón con claridad, pues Jersson González y Andrés Arroyo, en los 45' iniciales; y Éver Valencia, después, no ayudaron en ese fin.
Sobre todo este último, que a los 90+3', en una acción insólita, desperdició lo que pudo ser el tanto del triunfo de los de la ‘Tierra Firme’, luego de que Ramírez le sirviera el útil para que solo tuviera que embocarla. La determinación del llanero fue, por demás, insólita, pues la mandó lejos del pórtico, aun teniendo todo a su disposición para haber puesto celebrar de nuevo a los presentes en este polideportivo.
El trámite del cotejo no fue bueno y así lo hicieron saber los presentes, que por instantes perdieron la calma y lanzaron fuertes calificativos hacia el equipo. Y no era para menos, pues en lo que podría denominar una acción aislada, un volante de marca (Leonardo Pico), filtró un esférico entre las líneas defensivas del 'Pijao' y habilitó a David Camacho: que con sutil definición venció a Cristopher Fiermarin.
Fue el uruguayo el que, al menos, en tres ocasiones, se encargó de evitar complicaciones mayores para su divisa. Pero el que quedó expuesto en dos jugadas con el balón en los pies, en los que se complicó en solitario y por poco trae peligro a su valla. Tal parece que se hizo una constante intentar salir con la posesión en zonas de alto riesgo; en una situación en la que el charrúa, en el pasado, salió mal librado.
Flojo nivel en la zona posterior del Deportes Tolima: ¿Qué es lo que está sucediendo?
El funcionamiento por las bandas fue deficiente; tan es así que por la lateral derecha, Yhormar Hurtado se vio comprometido en el tanto local, y en la izquierda, el nivel de Junior Alexis Hernández, del que se desconoce si se vio afectado por algún problema muscular, llevó al timonel a sacarlo para incluir a Samuel Velásquez. Y por lo menos, el revulsivo mostró una mejor cara y dio méritos para pelear por el puesto.
Ni qué hablar de la pareja de centrales conformada por los Quiñones: Jhon, el juvenil, y Julián, el capitán, que lució descordinada y por momentos falta de distancia para asumir el uno contra uno. En síntesis, un manojo de nervios ante rivales que, en el papel, no deberían poner en un panorama adverso a los de Ibagué, que si bien se metió de manera temporal en el lote de clasificados, no tiene su puesto fijo.
El inconformismo del ‘míster’ con su propio grupo fue evidente, pues no de otra forma se explica que de cara al segundo periodo hayan sido tres las modificaciones que efectuó; entre ellas una que podría considerarse sorpresiva, como la salida del volante de contención Juan Pablo Nieto: que mostró un bajo nivel, que no fue capaz de darle buen manejo al balón y quizá por ello, solo por ello, dejó el encuentro.
Con este inquietante contexto, en el que los resultados no siguen siendo óptimos, y el nivel de elementos considerados claves de la nómina deja cierta incertidumbre, el elenco tolimense tendrá que preparar su siguiente presentación: en la que recibirá a un club en transición, como Llaneros F.C., el lunes 24 de marzo (4:00 p. m.) en el Manuel Murillo Toro; con la obligación de ganar y espantar los fantasmas.
Foto: Club Deportes Tolima