Yeison Guzmán: de ser la ‘joya’ del DEPORTES TOLIMA a convertirse en un ‘Cataño 2.0’ en una sola noche; la ‘maldición’ del ‘10’ de la ‘tribu’ que sigue vigente



Yeison Guzmán: de ser la ‘joya’ del DEPORTES TOLIMA a convertirse en un ‘Cataño 2.0’ en una sola noche; la ‘maldición’ del ‘10’ de la ‘tribu’ que sigue vigente




Se ha convertido en una ‘maldición’ portar el 10 del Deportes Tolima. O, más bien, quienes han decidido lucir ese dorsal en su espalda no han estado a la altura de lo que significa ese número para la institución. Cuando se creía que la mala racha de quienes asumían la responsabilidad estaría próxima a su fin, Yeison Guzmán, en el que estaban centradas todas las esperanzas, se encargó de revalidar malos presagios. 

En una sola acción, el goleador del ‘Vinotinto y Oro’ en lo que va del 2024, el mismo sobre el que se cimentaba la propuesta ofensiva del equipo, se encargó de tirar por la borda no solo su labor, sino la del equipo: pues con su yerro desperdició una oportunidad única de haber peleado, mano a mano, el último tramo del partido de vuelta de la gran final de la Liga BetPlay 2 2024, ante un extraño Atlético Nacional.

El mediocampista de 26 años pasó de ser la ‘joya de la corona’ para los ‘musicales’ y uno de los más queridos por la fiel parcial, a una especie de ‘Cataño 2.0’. Y todo porque por la misma vía en la que otro antioqueño, Daniel Cataño, también entregó a su equipo en una definitiva instancia ante los ‘verdolagas’, el nacido en La Unión pecó por irresponsabilidad; y sentenció su suerte en el estadio Atanasio Girardot. 



Una cruel comparación que no dista de la realidad, pues en ambos casos fueron decisiones erróneas las que los privaron de haber hecho historia con una escuadra en la que tuvieron plena confianza. Y, en el caso de Guzmán, una poderosa inversión por la mitad de su pase, pese a que venía de un periodo de irregularidad, justamente, con el equipo de sus amores: Nacional, al que benefició con su equivocación.

Yeison Guzmán, el gran fiasco de la final de la Liga BetPlay 2 2024 

Cuando tuvo en su pierna derecha la opción de mandar el esférico al fondo de las redes del arco sur del ‘Coloso de la 74’, donde se ubica la barra ‘Los del Sur’, el nacido en La Unión estelarizó un bochorno de proporciones insólitas. Con un cobro displicente, le entregó el esférico a las manos del guardameta David Ospina, el joven mediocampista encarnó el papel de villano y dejó desconsolada a toda la afición.

Así como Cataño, hoy en Millonarios, regaló la posibilidad de montarse en la serie ante aquel Nacional de Hernán Darío ‘El Arriero’ Herrera, con una mala ejecución frente al cancerbero Kevin Mier, Guzmán pasó de ser amado a odiado en una jugada. Tanto así que tuvo que clausurar los comentarios en las redes sociales ante la ola de reacciones que causó su fallo, en un momento definitivo.



El futbolista por el que tanto el club como su representante, el chileno Kormac Baldevenito, pedían USD 4 millones por su pase, hoy ya no valdría ni la mitad de su cotización. El onceno ruso que vino a verlo en la disputa del título, y que presentaría una jugosa oferta por sus servicios, tal parece que se habría desencantado de un jugador que mostró su peor versión en el instante en el que más lo necesitaron.

En su defensa salió el técnico del club, David González, otro de los grandes culpables de la debacle de los 'Pijaos' en territorio antioqueño, aunque con sus argumentos alimentó aún más la indignación. “Ese mismo penalti que intentó hoy lo ha hecho antes y cuando lo ha hecho, nadie ha preguntado por qué lo hizo; todos dicen, es un crack. Si lo hubiera convertido, quién sabe si habría cambiado la historia”, indicó.

El 10, desde las épocas del argentino Rodrigo Marangoni, el último que supo portarlo con dignidad, sigue siendo un lastre. Desde entonces ningún otro pudo irse del club con un recuerdo grato de la afición, pues al igual que estos dos elementos, hubo otros que también pasaron con más pena que gloria por el equipo, como si el dorsal en cuestión tuviera un peso extra que no son capaces de soportar en el campo.

Al final, los 18 goles en los 42 juegos que disputó en la temporada, no se vieron reflejados con la gloria. O, por lo menos, haber dejado una imagen digna ante miles que se la jugaron en respaldarlo, cuando su mejor época en el club no arrancaba. Yeison Guzmán traicionó a quienes lo apoyaron y con su errática decisión, justo cuando se necesitaba templanza y seguridad, revalidó el hechizo que tiene esa casaca.

Foto: Club Deportes Tolima








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