Hinchas del DEPORTES TOLIMA denuncian el trato injusto del polémico secretario Edward Amaya: insólita decisión pone trabas a la fiesta en el Murillo Toro



Hinchas del DEPORTES TOLIMA denuncian el trato injusto del polémico secretario Edward Amaya: insólita decisión pone trabas a la fiesta en el Murillo Toro




La final de ida de la Liga BetPlay 2 2024, entre Deportes Tolima y Atlético Nacional, no solo ha generado expectativa por la actualidad de ambos equipos, que llegan en su mejor versión, sino también por una polémica que involucra a las autoridades locales y los hinchas del equipo ‘Vinotinto y Oro’. Justo cuando se pretendía vivir una jornada llena de colorido en las tribunas del estadio Manuel Murillo Toro. 

Los fanáticos, especialmente los miembros del colectivo de la tribuna Oriental, denunciaron en la víspera de este crucial choque, a disputarse el miércoles 18 de diciembre (7:30 p. m.), que se les negó el ingreso de 220 banderas aprobadas previamente por la Comisión Local para la Seguridad, Comodidad y Convivencia. Y con la que iban a hacer un gran despliegue en esta localidad, de cara a esta importante cita.

El conflicto se originó en una reunión de la comisión celebrada días antes del partido, en la que se autorizó el ingreso de las banderas al ‘Coloso de la 37’. Rafael Serrano, uno de los miembros del grupo, explicó lo sucedido y detalló los hechos y las pruebas que, según él, demostraban que el proceso inicial de validación había sido apegado a la norma. Contrario a lo que fue la sorpresiva e indignante decisión final

“Lo que pasa es que en la comisión local de la semana pasada se autorizó el ingreso de 220 banderas para la tribuna Oriental. Es importante aclarar que en este sector no hay barras, somos un colectivo. Siempre hemos dejado en claro que no nos consideramos una barra, sino un grupo de hinchas organizados que queremos hacer la fiesta del fútbol de manera pacífica”, afirmó Serrano, según conoció esta redacción.


Les cambiaron las ‘reglas del juego’ a un día de la gran fiesta

El acuerdo establecido era que el lunes 16 de diciembre, a las 8:00 a.m., las banderas serían entregadas al personal encargado de la seguridad y logística en el escenario deportivo. Según Serrano, solo él se presentó al lugar para cumplir con la entrega, y las mismas fueron resguardadas en un camerino ubicado debajo de la tribuna Norte, donde fueron almacenadas junto a tubos de PVC utilizados para transportarlas.

El problema surgió cuando, en una revisión extraordinaria que se llevó a cabo por las autoridades locales y la policía, a un día de la máxima cita, los tubos fueron sometidos a una prueba de resistencia que, según Serrano, no era apropiada. Los agentes de la policía intentaron estrellar los tubos contra el suelo para verificar su durabilidad, lo que causó que algunos se astillaran e, incluso, se estropearan para la fiesta.

Los tubos son de PVC R de 13,5, una materialidad diseñada para soportar una presión de hasta 250 p.s.i. En ningún momento se dijo que los tubos se iban a usar como armas. Si los aplicamos a una superficie rígida, evidentemente se van a astillar”, explicó Serrano, visiblemente molesto por la situación, pues se había hecho una importante inversión económica para alentar al equipo en esta intensa jornada.

Indignación general entre los hinchas del Deportes Tolima

Serrano también aclaró que los tubos no se utilizarían para ningún propósito diferente a la izada de las banderas durante la gran final. De acuerdo con su explicación, el material elegido es resistente a las torsiones, pero no está diseñado para ser golpeado de manera puntual. La prueba efectuada por las autoridades, en su opinión, fue inapropiada y no reflejó las condiciones del uso real de los elementos. 

A pesar de la evidencia de los hinchas, la Comisión Local finalmente no autorizó el ingreso de las banderas. Según Serrano, la negativa se basó en una percepción errónea de que en Oriental se estaba actuando como una barra brava, lo cual, según él, nunca ha sido. “La policía no quiere trabajar con nosotros. Nos tratan como si fuéramos una barra, cuando nunca hemos dicho que lo somos”, expresó.

La situación dejó un mal sabor entre los hinchas del cuadro ‘Pijao’, que se sintieron injustamente tratados por las autoridades encargadas de garantizar la seguridad y el disfrute del espectáculo. La controversia puso en evidencia, además, las tensiones que existen entre los seguidores de los equipos y las autoridades locales, quienes, según los hinchas, no comprenden el carácter pacífico de los colectivos.








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