Pasaron cuatro certámenes semestrales para que Deportes Tolima alcanzara una nueva clasificación a la gran final de la Liga BetPlay. Dos en los que se quedó afuera de los cuadrangulares, en un fiasco de proporciones mayúsculas, y dos más en los que fracasó en su objetivo por insólitos reveses, aun teniendo, en ambos casos, claras posibilidades de meterse a la máxima instancia del campeonato y dar la sorpresa.
La última definición en la que estuvo el ‘Vinotinto y Oro’ fue la del primer semestre del 2022, cuando los entonces dirigidos por Hernán Torres Oliveros llegaban a su tercera final consecutiva, para enfrentar —justamente— al Atlético Nacional: el mismo adversario que tendrán en esta ocasión en búsqueda de la anhelada estrella de Navidad. Por desgracia, en aquel entonces, el resultado no fue el deseado para el club.
La de aquella vez fue la última disputa en la que aún estaba con vida el hombre que es considerado el gran mecenas de la institución y que, pese a sus fuertes polémicas con periodistas, jugadores, entrenadores, árbitros y hasta sus propios colegas, dejó un palmarés imborrable: cinco títulos para las vitrinas, tres de Liga; nueve clasificaciones a Copa Libertadores, y una estructura sólida que se mantiene.
Alguien hará fuerza desde la ‘tribuna más alta’ por el éxito del Deportes Tolima
Gabriel Camargo Salamanca, hoy por hoy, es el gran ausente en la familia del ‘Pijao’ para disfrutar de esta nueva y trascendental cita. El exsenador de la República murió el 21 de noviembre de 2022 y pese a que su partida causó un profundo dolor en toda la parcial del cuadro ‘musical’, su herencia sigue presente; pues su divisa, ahora al mando de su hijo, César Camargo Serrano, volverá a pelear la gloria.
“Yo llevo en mis venas ganar. Yo no me conformo con menos. Soy un ganador y no sé si seré capaz de estar mañana en el equipo cuando no pase”, dijo Camargo Salamanca en una de sus últimas apariciones en público, justo antes de que el cáncer lo alejara de la que fue su casa por más de cuatro décadas y lo privada de seguir disfrutando de esta era: envidia del país futbolero, y motivo de orgullo de su familia.
Y es que quienes creían que el éxito era pasado, se equivocaron, pues su heredero se encargó de tomar las riendas y, tras sobreponerse a la pérdida, trazó un ambicioso plan. Hoy, a dos años de emprender en solitario, recoge los frutos de la siembra que dejó su padre antes de irse, en campo fértil; comportándose como un grande entre los grandes, y con un nuevo título por conquistar para acrecentar su leyenda.
El hombre que, tal como lo prometió, dejó en el escudo tres estrellas (2003-2, 2018-1 y 2021-1), además de ganar la Copa Colombia (2014) y la Superliga (2022), ya no está en esta ocasión en el plano terrenal. Pero su legado sigue siendo recordado por los más fieles, que a través de sus redes sociales han dedicado esta nueva clasificación al boyacense, el gran culpable de un pasado honroso y un futuro prometedor.
Foto: Club Deportes Tolima