Mientras los hinchas de Deportes Tolima sufren con un nuevo fracaso en la presente era, su presidente, César Camargo Serrano, optó por guardar silencio. La iniciativa de tener un club en el fútbol colombiano, tal parece, estaría más enfocada, de su parte de la familia dueña, en convertirla en una fuente constante de ingresos y no de alegrías, pues en 2024 ya son tres los fiascos sin siquiera una disculpa suya.
El directivo que asumió en propiedad las riendas de la institución tras la muerte de su padre, el exsenador Gabriel Camargo Salamanca, aunque venía trabajando al menos dos décadas tras bambalinas, no ha sido capaz —en los casi dos años que lleva al frente del club ‘Pijao’— de transformar sus buenas intenciones en logros deportivos, que es —al final de cuentas— lo único que le interesa al hincha que paga su entrada.
Con la eliminación en los octavos de final de la Copa BetPlay 2024, en la que debutaba en esta instancia gracias a su presencia internacional, el ‘Vinotinto y Oro’ repitió la campaña de 2023. Con la agravante de que volvió con mirar con desdén uno de los torneos que, hace justamente una década, le permitió romper una mala racha de 11 años sin conquistas en el rentado. Como si la gloria abundara.
Este duro revés fue el mismo sufrido ante el desaparecido Alianza Petrolera, con la diferencia de que en esta ocasión —de entrada— prácticamente se descartó la continuidad en el torneo, pues no puede interpretarse de otra manera que se hubiera dispuesto una nómina inferior justamente ante la parcial que asistió al Manuel Murillo Toro. Así se cerró una participación que dejó un sabor amargo en la ‘tribu’.
Negro balance para César Camargo como presidente del Deportes Tolima
Bajo la administración íntegra de Camargo Serrano, ya sin la presencia de su progenitor, el combinado de la ‘Tierra Firme’ quedó eliminado en la Liga 2 2022 y Liga 2 2023, en las que se quedó afuera de los cuadrangulares semifinales y cortó la seguidilla de nueve clasificaciones consecutivas a esta fase; y cuando se venía de jugar tres finales de Liga, una Superliga y una de Copa, con dos títulos en su haber.
A esto se suma el descalabro en la fase de grupos de la Copa Sudamericana 2023, en la que fue —incluso— humillado por Sao Paulo de Brasil, y la Sudamericana 2024, en la que fue eliminado en su propia cancha a manos de Independiente Medellín. Una negativa presencia fuera de las fronteras, en la que pudo haber recibido más dinero del que obtuvo si hubiera seguido en carrera en el torneo continental.
Y en las últimas dos competiciones ligueras, se escapó en dos oportunidades la opción de llegar a la máxima instancia del campeonato, cuando tuvo todo servido para acceder a la cita. Sucedió en 2023-2, cuando le faltó un punto para pelear de nuevo título, que no gana desde el primer semestre de 2021; y en 2024-1, certamen en el que cerró los cuadrangulares en casa, pero no tuvo argumentos para clasificar.
Ni que hablar del fútbol femenino, que prácticamente no existe en el club: pues en 2023 se terminó último del certamen y en 2024, solo por cumplir con un requisito de la Conmebol para competir en sus torneos, se estableció una especie de alianza con Real Santander para que, palabras más, palabras menos, se prestara la camiseta para poner en ella el escudo. Sin un norte claro, no hay bases para construir un proyecto serio.
Con todo y ello, el silencio de la dirigencia —la misma que buscó pasar de agache ante el grave incidente registrado el 7 de septiembre en las tribunas del Murillo Toro, cuando uno de sus fanáticos fue apuñalado a la vista de todos— sería clara muestra de que el sentimiento de los aficionados poco importa en esta ecuación. Sí interesa, por el contrario, su bolsillo, y que compren cuanto producto se ponga a la venta.
Foto: Club Deportes Tolima
Pero Cesar Camargo no es el que juega ni dirige los encuentros, para mí, la falta de experiencia de David González está pasando factura a los resultados: no plantea las alineaciones más adecuadas, saca a los titulares, en fin, no gana los partidos claves.
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