Cero y van dos ocasiones seguidas que el dirigente que se encargó con un discurso convincente de venderle a los hinchas del Deportes Tolima la ilusión de ser finalistas de la Liga BetPlay, y de buscar esa tan esquiva cuarta estrella, debe tragarse sus palabras. César Camargo Serrano, heredero de la familia que desde hace más de cuatro décadas controla el ‘Vinotinto y Oro’, fue víctima de sus propias decisiones.
El directivo bogotano, que administra a la distancia el club, contrató barato para la competición en la que estaba obligado a ser protagonista y, a la postre, pagó caro sus determinaciones. Aunque acertó en mantener la base de jugadores que había estado a un punto de la máxima instancia en 2023-2, no trajo delanteros de peso que dieran garantías y dependió de la explosión goleadora del volante Yeison Guzmán.
Los números hablan por sí solos, pues de los 40 tantos que hizo el club en 25 partidos, diez los firmó el mediocampista, por el que pedirán, como mínimo, 3 millones de dólares al mejor postor y se irá hacia otras latitudes más pronto de lo que se imagina. Ningún otro siquiera estuvo cerca de igualarlo, pese a que su función no es la de anotar, sino de asistir, y con él se irá el mejor futbolista en la era David González.
César Camargo Serrano: preocupado por vender, pero no por invertir
Ante la venta de Diego ‘El Tanque’ Herazo a San Lorenzo, condicionada a una serie de hechos para que se haga 100% efectiva, apostó por la contratación de un delantero de Segunda División: Carlos Manuel Cortés Barreiro, procedente del desaparecido Cortuluá con el que esperaba marcar la diferencia en el frente de ataque. No obstante, los números fueron concluyentes: solo tres tantos en 13 apariciones.
A su vez, mantuvo al resistido Brayan Gil, que convirtió cinco goles en 20 presencias, y solo uno de ellos en la semifinal. Un nombre que venía con desgaste, y al que se sumó el argentino Lucas González: con la mala fortuna de caer en la desgracia de las lesiones una y otra vez, y solo actuó en 10 encuentros, de los cuales solo marcó en uno; en otra de las contrataciones que generó más decepción que alegrías.
Camargo pidió el respaldo masivo de la afición y, aunque los números pudieron ser mejores, no puede quejarse de la respuesta masiva de la gente. Tuvo un balance récord para el club en la fase regular, pese a que venía precedido de un fracaso, con 4.008 abonados; y en cuadrangulares —aun sin conocerse los rivales— al final aseguró a 5.442 espectadores por juego; sin mencionar las taquillas al menudeo.
Sobre todo la del partido definitivo, frente a Independiente Santa Fe, cuando el club se embolsilló el dinero de más de 28.000 personas, que agotaron el papel en cuestión de horas. El directivo, que imploró que no lo dejaran solo al mando de la institución, sí abandonó las ilusiones de miles y miles, pues no fue capaz de reforzar su plantel con elementos que le dieran la garantía de aparecer en instancias decisivas.
Ha vendido camisetas como cualquier otro de los clubes grandes del FPC, gestiona patrocinios importantes que tienen plagada la camiseta de publicidad, establece convenios internacionales para la promoción de sus talentos, pero sigue sin darle alegrías a la gente tras la muerte de su padre, el exsenador Gabriel Camargo Salamanca. Las buenas intenciones se han quedado en verso y la paciencia se acabó.
Y, a la inminente salida de Guzmán, el mismo que guardaron con recelo en las dos primeras fechas de la semifinal, cuidándolo para no frustrar una millonaria transacción, lo más probable es que se sume, al menos, el lateral Junior Hernández: otro de los que el directivo buscaría salida, consciente de que su ciclo en el club ya finalizó, y antes de que pierda la inversión hecha en el futbolista que se formó en la ‘tribu’.
Para Deportes Tolima es una obligación pelear por el título
Si algo es claro en el entorno del ‘Vinotinto y Oro’, es que las clasificaciones a los cuadrangulares no son un logro, sino una obligación. Y que para un club del crecimiento y apoyo como el de Ibagué, el objetivo estará puesto siempre en buscar la gloria, como ese salto de calidad que el mismo Camargo pregona. El ‘creer es poder’ se desinfló una vez más, por más de que la tribuna lo adoptó como suyo.
Lo anterior, sumado a que antes de estas dos diáfanas opciones de ser finalista dilapidadas, el ‘Vinotinto’ estuvo sumido en una crisis que lo llevó a estar, por dos semestres consecutivos, por fuera de la fiesta de los ocho; lo que en su momento le costó la ‘cabeza’ al técnico más ganador, como el ibaguereño Hernán Torres. Fue tal entonces el conformismo que se calculaba, en el peor de los casos, un tercer periodo.
Para bien, o para mal, y a diferencia de otras divisas, una sola estirpe es dueña del presente y futuro de la pasión de miles. Y, a lo sumo, pronto el dirigente saldrá a dar la cara, como suele hacerlo, en sus medios aliados, reconocerá que se equivocó y, cuál hábil comerciante, sacará al mercado una atractiva propuesta, con borrón y cuenta nueva y contará, como es costumbre, con una masiva respuesta de la gente.
Foto: Club Deportes Tolima
Cual fracaso. El equipo sigue con buenos resultados, mire la reclasificación. No sea tan pesimista.
ResponderBorrarAmigo eres resentido usted no ha leído la historia del Tolima primero un equipo estable económico.
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