Por segunda vez en la historia de la Copa Sudamericana, Deportes Tolima e Independiente Medellín se verán las caras. El sorteo efectuado el 19 de diciembre pasado en Luque (Paraguay) los cruzó en búsqueda de un cupo a la fase de grupos de la edición del 2024, en un nuevo enfrentamiento entre dos equipos que tienen no solo su historia en el fútbol profesional colombiano, sino también en la escena continental.
El duelo, en la noche del martes 5 de marzo (9:00 p. m.), en el gramado del Manuel Murillo Toro de Ibagué, romperá un lapso de 18 años sin que se midieran en esta competición. La última y única vez en que rivalizaron por el torneo fue en la edición del 2006, cuando también por la primera fase, pero en llave de ida y vuelta, en la que el éxito favoreció a los entonces dirigidos por el tolimense Jorge Luis Bernal.
El primer duelo de la llave, en el debut de los ‘musicales’ en la competición, se dio el 23 de agosto de ese año, en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué. La victoria fue para los locales, que se impusieron por 3-1, con anotaciones de Juan Carlos Escobar, Jhon Charria y Carlos Darwin Quintero; en tanto que el descuento de la visita lo convirtió el entonces volante Mauricio 'Mao' Molina, en un repaso de la ‘tribu’.
La vuelta, por su parte, efectuada el 29 de agosto de 2006 en el césped del Atanasio Girardot, fue mero trámite para los de la visita, que lograron salir vivos del máximo escenario deportivo de los medellinenses. El defensa Eduardo Domínguez marcó para los anfitriones, pero un autogol de José Mera le dio la parida a Bernal y su ‘kínder’, que siguió en carrera en la Copa, hasta llegar a los octavos de final.
Más adelante, en la segunda fase, Tolima dejó en el camino a Mineros de Guyana de Venezuela, con el que empató (2-2) en el juego definitivo después del 0-0 en los primeros 90 minutos, en el 'Coloso de la 37'; en tanto que en los octavos de final midió fuerzas ante Pachuca de México, a la postre campeón: un 2-1 en el Murillo, con goles de Charria y Dúmar Rueda, causó ilusión, pero luego vino el 5-1 lapidario.
En esta oportunidad, el ganador —además de llevarse un botín de más de 900.000 dólares por la clasificación a la instancia grupal— tendrá la opción no solo de seguir en la lucha por una actuación destacada en el torneo, sino de mostrar sus jugadores, en pro de hacer futuras transferencias y fortalecer sus finanzas. No en vano ese parece que es uno de los objetivos de los clubes nacionales hoy en días.
Foto: Club Deportes Tolima