A menos de un mes del inicio de la Copa del Mundo, la fanaticada colombiana aún no supera el amargo sabor de la derrota y busca la explicación que permita entender cómo, teniendo tantas opciones para lograr la clasificación, a la selección no le alcanzó siquiera para llegar al repechaje.
Desaprovechar los juegos en casa figura entre los principales errores del cuadro colombiano, seguido de la incapacidad de superar a una eliminada Venezuela y sacar ventaja del favor que le hizo Paraguay, sin apartar la inestabilidad de la dirección técnica.
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Dos cuerpos técnicos y ausencia total de liderazgo
Para muchos, la vergonzosa goleada en Quito y el deficiente desempeño en Barranquilla, son consecuencia directa de la inestabilidad del equipo. Reinaldo Rueda desaprovechó por completo los mejores rendimientos individuales de la plantilla, insistiendo en dejar el trabajo a cargo de una base desgastada.
Depositar la responsabilidad en la destreza de sus grandes figuras como Luis Días y James Rodríguez, se suma a la lista de equivocaciones que hacen tanto peso o más, que la ausencia de variantes tácticas que marcaron el camino a Qatar de la selección.
Aunque después de la Copa América todo apuntaba a que Rodríguez asumiría el liderazgo en el camerino, el “10” no sólo no fue convocado, sino que asumió una postura un tanto inmadura que condujo a muchos comentarios internos y en los medios de comunicación. Conoce más detalles en https://as.com.
Como líder, David Ospina deja mucho que desear. En la cancha, se nota la ausencia de un capitán capacitado para hablar y ‘apretar’ en momentos estratégicos, dejando paso al individualismo.
Falta de respaldo a las nuevas figuras
Otra razón que truncó el camino de Colombia a Qatar fue la falta de confianza en el talento fresco. Ante el retiro de referentes en el cuadro como Mario Alberto Yepes, y Luis Amaranto Perea, apelar al relevo generacional sería la decisión más lógica.
Contrariamente, y con un capitán estandarte lesionado, los nuevos talentos colombianos no contaron con el respaldo para aportar otro aire al equipo. Salvo por Luis Díaz, que logró consolidarse y ganar espacio en el mercado europeo, el resto de la generación de relevo espera la oportunidad.
Una localía y directivos de poco peso
No es un secreto el declive del equipo; desde el Mundial Rusia 2018, Barranquilla dejó de ser el fortín para Colombia de tiempos de antaño. Frente a un local que dejó ir valiosos puntos y cuyo desempeño hoy pesa, es conveniente evaluar la posibilidad de buscar otra ciudad.
Por otra parte, los directivos también quedaron en deuda. Al parecer, las preocupaciones de la máxima jerarquía estuvieron destinadas a los patrocinadores y el tema de las finanzas, así como en solventar y mantener ocultos los problemas legales, en lugar de trabajar en el fortalecimiento de la selección.
En conjunto, todos estos factores no solo justifican el fin del sueño mundialista para la selección colombiana, sino que ponen en entredicho, el futuro de un cuadro que necesita con urgencia, la actuación puntual de una directiva técnica enfocada en devolverle la fuerza y relevancia de otrora.