Por: Mario Alejandro Rodríguez
Es oficial. Deportes Tolima, el equipo de las nueve clasificaciones consecutivas a semifinales de la Liga BetPlay, verá la fiesta de los ocho de fin de año por la televisión. El 'Vinotinto y Oro', con minúsculas opciones matemáticas, se encargó de demostrar con su fútbol que no tiene argumentos para hacer parte del selecto grupo y en una noche de sinsabores cayó en su visita al Deportivo Pasto (2-1).
El tanto de cabeza del extremo Jeison Stiven Lucumí (63'), uno de los pocos que se salva de este desastre, apenas fue una ilusión fugaz para un onceno que no entendió la magnitud de lo que se jugaba en su visita al estadio Libertad de la capital nariñense. El atacante Jeison Medina (57') y el mediocampista César Quintero (90+5'), sellaron la estruendosa eliminación de los 'Musicales'.
Con solo 16 puntos de 48, para un paupérrimo 33,3 por ciento de balance, el cuadro de la 'Tierra Firme' se hunde en el tablero de posiciones y de protagonizar tres finales consecutivas de la Liga de la mano del ibaguereño Hernán Torres Oliveros, hoy vive sus momentos más amargos de los últimos cinco años. En medio de incoherencias desde el banquillo técnico, pero también de la presidencia.
Por el honor, y buscando sumar la mayor cantidad de unidades posibles para apegarse a una lejana opción de clasificar a la Copa Conmebol Libertadores mediante la reclasificación, el onceno 'Pijao' recibirá este jueves (3:30 p.m.) la visita de Alianza Petrolera; equipo obligado a ganar para zafarse del descenso, en lo que se prevé una tarde lánguida en el césped del Manuel Murillo Toro.
Sin emociones
Como se preveía, desde el pitazo inicial la intención del dueño de casa fue la de explotar la banda derecha defensiva de la 'tribu', ante la ausencia de Jonathan Marulanda por problemas estomacales y la improvisación de Rodrigo Ureña por ese sector. Y sin la posesión del útil, las opciones del 'Vinotinto y Oro' de salir de su propio campo fueron escasas, ante la constante presión en su campo del rival.
A medida que pasaron los minutos, la intención del cuadro 'Volcánico' se hizo más clara, no solo con constantes desbordes por los costados, sino también con múltiples remates de media distancia que, por fortuna, no llevaron peligro al marco custodiado por Christian Vargas. No obstante, a los 24', el local metió el primer campanazo de alerta, con un cabezazo de Jersson Malagón que pasó cerca.
Por su parte, el foráneo intentó sacudirse del asedio pastuso con impactos desde fuera, pero bastante desviados del objetivo. Solo hasta los 33', el extremo Jeison Lucumí disparó a portería, pero su remate fue controlado sin problemas por el golero Diego Martínez, quien evacuó cualquier riesgo de su valla; más allá de que en los pies del mediapunta se intentó romper la línea defensiva por los flancos.
Carrusel de emociones
Para la segunda mitad, el técnico Hernán Torres Oliveros entendió de la necesidad de pasar a Ureña como volante de marca, por lo que reemplazó a Cristian Trujillo, condicionado por un cartón amarillo, con el ingreso del defensor Sergio Mosquera, quien pasó a ser el lateral derecho. Con ello ganó mayor presencia en terreno contrario, ante un rival que no tuvo el mismo ímpetu de los 45' iniciales.
A los 53', las alarmas se prendieron en el cotejo por los inconvenientes médicos del cancerbero Martínez, quien sintió un dolor en el pecho, de tipo muscular, que obligó a que el encuentro se detuviera. La pausa le sirvió al local para refrescar ideas y salir a buscar el partido, frente a un contrincante al que le costaba salir de su campo con constancia. Y de paso irse en ventaja en la pizarra.
En efecto, sobre los 57' llegó la apertura del marcador. Un centro desde el costado derecho encontró habilitado al delantero Jeison Medina, quien con una espectacular definición, con un misil que se clavó al ángulo superior izquierdo del marco de Christian Vargas, quien nada pudo hacer para evitar el 1-0 parcial. Así se iba fraguando una noche negra para los de Ibagué, frágiles en materia defensiva.
Sin embargo, la alegría nariñense duró muy poco, porque a los 59', el foráneo obtuvo la paridad. Un centro del volante chileno Rodrigo Ureña fue capitalizado en el área por el extremo Lucumí, quien de cabeza y aprovechando la desatención defensiva la mandó al fondo de las piolas, para el 1-1. Aunque antes de que su gol fuera convalidado, la acción tuvo que pasar por la revisión del VAR.
La polémica se suscitó por una supuesta falta del venezolano Eduardo Sosa, la cual pitó en primera instancia el árbitro Jorge Duarte, pero tras mirar el video determinó que tal infracción no existió, por lo que no tuvo más remedio que a los 63' confirmar el tanto, que generó ilusión a la 'tribu'. A partir de ese instante, el conjunto 'Musical' ajustó sus piezas y trató de llegar a la segunda conquista.
Con la inclusión del mediapunta Kevin Pérez por Sosa (70'), de Luis Fernando Miranda por Juan Fernando Caicedo (77') y el del volante peruano Raziel García por Ureña, uno de los más labiorosos en el campo (84'), el elenco 'Pijao' quiso meterse de nuevo en el cotejo. Pero la injusta expulsión del capitán Julián Quiñones (85'), por doble amarilla, le restó chances al visitantes de ir por el triunfo.
Los minutos finales fueron más de desespero que de orden. Y eso le permitió al anfitrión marcar el tanto del triunfo. Lo que parecía ser un remate flojo del mediocampista César Quintero, con pasado en la 'tribu', terminó convirtiéndose en gol por la absoluta complicidad del arquero Vargas, quien demostró que no tenía 'ropa' para el arco. Y terminó de sentenciar la eliminación tolimense.
Lo demás fue un completo bochorno: Andrés Ibargüen, quien caminó la cancha del Libertad, salvándose de la expulsión a expensas del VAR y un colectivo que no tuvo ideas ni tiempo para ir, al menos, por un digno empate. Así se acabó, de paso, la racha de partidos sin conocer la derrota en el césped pastuso, en donde no perdía desde el 14 de mayo de 2017, justamente en su última eliminación.
Foto: Dimayor