Los cinco grandes 'pecados' del DEPORTES TOLIMA para su descalabro en la Liga BetPlay 1 2022 y la Copa Libertadores



Los cinco grandes 'pecados' del DEPORTES TOLIMA para su descalabro en la Liga BetPlay 1 2022 y la Copa Libertadores




Las que pudieron ser las dos semanas más gloriosas en la historia del Deportes Tolima se convirtieron en una auténtica pesadilla. El 'Vinotinto y Oro' mandó al traste lo que parecía ser la consecución de su cuarta estrella, luego de perder la final de la Liga BetPlay 1 2022 ante Atlético Nacional; y, de paso, protagonizó su peor bochorno a nivel internacional, en la cruel visita a Flamengo de Brasil.

Un cúmulo de factores, tanto internos como externos, influyeron para este gris desenlace de la campaña 'Pijao', que tras 40 partidos no obtuvo lo que merecía por su regularidad. O lo que su inversión al principio de la temporada, con la contratación de 12 jugadores de alto nivel, y la conservación de la base que fue protagonista en 2021, le permitía contemplar, por más difícil que fuera.

Del cielo al infierno, el onceno 'Musical' padeció el notable desgaste físico que arrastraba desde hace varias semanas y con sensibles bajas afrontó los duelos más importantes en lo que va del año. Aunque en su predio dejó una buena imagen, fue por fuera del Murillo Toro, en la faceta en la que mejor desempeñaba, en la que flaqueó y sufrió el rigor de duros reveses, que minaron la confianza.

En El Rincón del Vinotinto analizamos los cinco grandes 'pecados' que llevaron al plantel dirigido por Hernán Torres Oliveros a un remate de semestre doloroso, si se quiere injusto, para la tristeza de sus hinchas, quienes alcanzaron a soñar con ver una nueva gesta de su club ante el 'verde' paisa; y lo que hubiera sido una noche épica en uno de los estadios más relevantes del continente: el Maracaná.

1. Las erráticas decisiones del profe Torres

Si hay un primer responsable de la pérdida de la Liga frente a los 'verdolagas' y la humillación ante el 'Rubronegro' ese es el estratega ibaguereño, quien no tuvo la serenidad para elegir a sus mejores hombres. La afición no entendió la suplencia del arquero William Cuesta en el primer 'sorbo' de la final, la excesiva confianza en el volante Daniel Cataño y la reciente titularidad de Michael Rangel.

Mientras algunos futbolistas recibieron respaldo irrestricto, otros fueron condenados al ostracismo. Dos de ellos: el volante venezolano Yohandry 'La Perla' Orozco, al que incluso le pusieron por encima al ausente Raziel García, quien llegó de la gira con su selección, sin ritmo, y actuó en la contienda ante Flamengo en Ibagué; y peor todavía el caso del paraguayo Gustavo Adrián Ramírez, sin chances.

Con una tardía lectura de los partidos, a juzgar por las variantes hechas, Torres fue víctima de sus propias determinaciones. En especial, en el choque frente al 'Rey de Copas' en el Murillo Toro, en el que, tras verse en desventaja numérica, demoró en cerrar el compromiso en materia defensiva y vio cómo en tiempo de reposición el visitante le arrebató la posibilidad de definir por los penales.

Resulta bastante llamativo cómo en momentos cruciales al orientador le está costando concretar sus excelentes campañas. No solo fue ante los 'verdes' y en suelo carioca, sino que es algo que también le ocurrió en diciembre pasado; cuando con un planteamiento muy conservador renunció a la posibilidad de dar la vuelta olímpica en casa ante Deportivo Cali, aun cuando estaba en ventaja en la llave.

2. El caso Daniel Cataño

Si el mediocampista antioqueño hubiera embocado el penal que tuvo frente al cuadro nacionalista, tal vez la 'tribu' tendría el premio por el que luchó durante todo el semestre. Pero su flojo cobro y su posterior expulsión en este duelo fueron las 'gotas' que rebosaron el 'vaso' de la afición, que aún 13 días después de aquel juego pide a gritos su salida del club. Su rendimiento es, sin lugar a falacias, malo.

Durante el semestre, el llamado a conducir los hilos del cuadro tolimense no asumió su rol y naufragó en medio de su irregularidad, privando al club de un mejor funcionamiento. Y es que durante los tres años y medio que lleva en la institución, Cataño nunca pudo consolidarse; más allá de que su mejor versión fue en el remate de la Liga 2 2021, pero las lesiones también le pasaron factura. 

En una actitud a todas luces desafiante con los seguidores del equipo, el jugador salió en una llamativa ronda de medios a justificarse, pero nunca a presentarle sinceras disculpas a la parcial por su insólito yerro. Y con el apoyo de periodistas amigos, quienes han salido a defenderlo a 'capa y espada', tal parece que se tiene confianza para seguir; pese a que su rendimiento no avala su permanencia.

3. Camerino fracturado

Así algunos de los protagonistas lo nieguen de manera pública, y el mensaje que se quiso llevar hasta el último partido de la campaña fue de unión en la interna, lo cierto es que tras el fracaso en la máxima instancia de la Liga el camerino quedó resquebrajado. Una de las imágenes que reflejaría esta situación es la del fuerte reclamo del defensa José Moya al técnico Torres, tras el fallo de Cataño.

Y es el que el propio Daniel se encargó de revelar, quizá de manera imprudente ante los medios para zafar responsabilidades, situaciones particulares que solo competían al grupo. Aunque esta redacción también conoció de otros hechos que habrían llevado al límite al plantel, cuando no se enfocó en el descanso, y en el permiso del viernes y sábado se habría priorizado el festejo desmedido.

A esto se sumó la desconexión en el campo de fichas claves durante el semestre, que en la visita al 'Mengao' mostraron su peor cara. La falta de un jugador que imprimiera liderazgo en situaciones adversas terminó pesando a la hora de sacar adelante los encuentros, y da lástima que las buenas intenciones de jugadores como Rodrigo Ureña, Moya y Juan Fernando Caicedo no hayan bastado.

4. Plantel reventado

Cierto es que el 'Vinotinto' fue el equipo con más juegos durante la primera parte del año en el FPC, lo cual llevó al grupo a una increíble exigencia física, pues en 164 días tuvo que disputar 40 encuentros, para un promedio de un duelo cada 4,1 días. Sumado a un triple viaje a suelo brasileño, uno más a Ecuador, y desplazamientos internos por triplicado a ciudades como Medellín y Cali.

Evitar a toda costa las lesiones musculares era una tarea titánica, pero con las bajas de hombres determinantes como el zaguero Sergio Mosquera y los extremos Ánderson Plata y Andrés Ibargüen en el momento más crítico del semestre, las definiciones ante Nacional y 'Fla' se volvió toda una 'misión imposible'. En el caso de Plata, la baja del guajiro, goleador con 11 dianas, perjudicó al colectivo.

Lo que tanto se temió, lo que tanto se buscó evitar en comparación con la gran final frente al Cali, sucedió de nuevo. De la famosa rotación que Torres debió implementar poco o nada hubo, más allá de aquel juego en el que por obligación -más no por convicción- tuvo que echar mano de la cantera para jugarle al Alianza Petrolera, con tan buen suceso que el equipo terminó ganando de forma heroica.

Y es que tal y como sucedió en 2021-2, el grupo quedó otra vez mermado para el tramo concluyente del semestre. ¿Mala gestión de la plantilla por parte del cuerpo técnico? La realidad es que a las bajas por la alta carga de partidos se sumaron otras por infortunios del fútbol, como las del volante Juan David Ríos, con lesión de meniscos; y la del lateral Juan Camilo Angulo, operado de aductores.

5. Fragilidad mental

Si hubo un aspecto que flaqueó en el plantel de jugadores y cuerpo técnico fue en la capacidad para asimilar las situaciones adversas en la instancia definitiva de la Liga, y el encuentro ante Flamengo en Brasil. En el cotejo de ida ante los paisas, el onceno no pudo reponerse del segundo tanto del local, y se desmoronó en su propuesta; lo cual se repitió tras el fallo de penal de Cataño en Ibagué. 

Mientras que en el cotejo de vuelta frente al conjunto de Río, apenas cinco minutos duró la fortaleza defensiva de los 'Musicales', quienes no lograron superar este golpe y se vinieron abajo: no solo en su propuesta de juego, sino también en su estado anímico. Más aún en el segundo periodo, cuando nada de lo planeado salió y en 34 minutos encajaron un total de cinco anotaciones más.

A manera de ejemplo, el mazazo del ecuatoriano Alexander Domínguez en el Atanasio Girardot, lo dejó en evidencia en los tres goles de Nacional en la 'ida'; falencias que ratificó en el gol convertido por Andreas Pereira, en la victoria brasileña (0-1) en suelo ibaguereño. En tanto que a un jugador como Junior Hernández el jugar en el Maracaná se lo 'consumió vivo' y tuvo su peor presencia con el club.

La seguridad en el cuarteto posterior, que hizo que Tolima fuera hasta antes de la final de la Liga el elenco menos vencido, se desplomó en el momento menos pensado: y el 'Rey de Copas' fue el único a nivel local en anotarle tres goles. Ni qué hablar en la escena continental, pues los jugadores quedaron liquidados con el resultado más abultado en la historia del FPC en la Copa Libertadores. 

Foto: Dimayor








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