Por: Mario Alejandro Rodríguez
El fútbol, el bendito fútbol, no podía ser tan cruel con Deportes Tolima, que este domingo perdió su tercera final de la Liga en casa, de tres jugadas, y la segunda consecutiva. Una especie de maldición que, si bien se creía finita con el trofeo de la Superliga, volvió a aparecer para destrozar los corazones de más de 28.000 fieles presentes en las tribunas del Murillo Toro, y un millón más en el departamento.
Nunca antes un revés de estas magnitudes había tenido culpables tan claros: el técnico Hernán Torres Oliveros, quien falló en la escogencia de hombres claves en la nómina; el arquero Alexander Domínguez, responsable en dos de los tres goles convertidos por Atlético Nacional en el choque de ida, en el Atanasio Girardot; y el volante Daniel Cataño, quien erró penal y se hizo expulsar en la 'vuelta'.
Aun así, cuando desde la cabeza visible se tomaron decisiones erráticas, la 'tribu' estuvo a solo tres minutos de forzar la definición desde el punto penal. Pero como en 2018-1 Danovis Banguero fue el 'verdugo' del cuadro 'verdolaga' en la reposición, a la salida de un tiro de esquina, y frustró la alegría paisa, esta vez ese papel lo encarnó Jarlan Barrera para los 'Musicales', también de córner.
Sí. El 2-1 a favor de los 90 minutos definitivos no fue suficiente para revertir la dura derrota en suelo paisa, ante un rival que en igualdad numérica en el 'Coloso de la 37' fue previsible y hasta permeable. Pero con el hombre de más se tomó confianza y salió a hacerle daño al 'Vinotinto', que no tuvo más alternativa que retrasarse, hasta que llegó lo que se veía venir. El sueño de la cuarta estrella se esfumó.
Los infortunios de Ánderson Daniel Plata en la ida, y de Andrés Felipe Ibargüen en la vuelta, repercutieron en el rendimiento del colectivo, ante las ausencias de dos hombres desequilibrantes. El mejor equipo del semestre en materia de puntos, el que más victorias logró, el que más goles convirtió, en resumen se quedó ad portas de la gloria. Como en 2006-2 o 2021-2, el destino no le favoreció.
El resto es historia: un revés devastador para un equipo que en tres días se juega la mitad de la permanencia en la Copa Conmebol Libertadores 2022, cuando reciba a Flamengo de Brasil. No habrá tiempo para duelos, el deber obliga y no servirá otro resultado que no sea el triunfo, en un escenario que, quizá, ya no tendrá la asistencia deseada, pero que tendrá como siempre a sus fieles parroquianos.
Demoledor
De arranque, el 'Vinotinto y Oro' fue un torbellino que se fue encima de su rival, para arrasar con todo a su paso. Y, por lo menos, metió miedo en su adversario, al que se le vio errático en la entrega del esférico e incapaz de salir con el balón en sus pies. Y que, sin exagerar, se vio sometido por el dueño de casa, que no lo dejó ni respirar para buscar al menos una salida más limpia en su juego.
A los 5', el primero en arrimarse con serio riesgo sobre predios del arquero Kevin Mier fue el lateral derecho Jonathan Marulanda, quien con un potente disparo de media distancia por poco abre la cuenta en el compromiso; ante más de 28.000 personas en el 'Coloso de la 37' que esperaban con ansias ese momento: el de festejar y empezar a ilusionarse con que la remontada era un hecho posible.
Al visitante no le quedó de otra que apostar al contragolpe, con remates anunciados hacia su hombre en punta: Jéfferson 'La Fiera' Duque, con el fin de alejar el peligro de su pórtico. No obstante, a los 10', el que le calentó la manos al visitante Mier fue el chileno Rodrigo Ureña, quien estuvo muy cerca de abrir la pizarra, en el primer gran aviso del local de su poderío en fase ofensiva.
La descarga por las laterales fue la constante de la 'tribu', que sufrió un duro golpe a los 16', cuando el extremo Andrés Felipe Ibargüen tuvo que abandonar el campo por lesión, para darle paso al mediapunta guajiro Luis Fernando Miranda. Aun así, en medio de tamaña dificultad, supo salir avante y lograr la ventaja en el marcador, para felicidad de toda la parcial tolimense en el 'Coloso de la 37'.
Aconteció a los 17', cuando una incursión por el sector izquierdo de Junior Hernández terminó en el fondo de las piolas. El remate del lateral se desvió en el camino en el zaguero Emmanuel Olivera, quien descontroló a Mier con el impacto y no pudo reaccionar a tiempo para evitar la anotación. Júbilo en la cancha y en el cemento, ante el desconcierto de los foráneos, que no se hallaban.
Sin embargo, con la ventaja en el marcador, a los locales les costó mantener el ímpetu de los primeros minutos. Y permitieron, con muy poco, la reacción del visitante, que en al menos tres ocasiones se arrimaron con persistente riesgo en la valla del guardameta William David Cuesta, que se convirtió en el hombre más destacado de los 'Musicales'. No era para menos, la preocupación era latente.
A su vez, la fórmula de tirar centros al corazón del área en búsqueda de Juan Fernando Caicedo parecía ser improductiva, y llevó a que la redonda llegara de manera fácil a las manos del golero Mier. Pero tantas veces fue el 'cántaro' a la fuente que hasta por fin se dio el gol. A los 36', un pase del mediapunta Miranda le cayó como servido al ariete, quien con un impresionante testazo celebró.
Todo cambió
El inicio del segundo periodo empezó con la iniciativa del dueño de casa, que muy rápido y a través de la vía del VAR tuvo una oportunidad ideal para irse en ventaja en la contienda. Pero el cobro del volante Daniel Felipe Cataño de tiro penal no solo fue contenido por el arquero Mier, sino que producto del rebote en el que la peleó de planchazo vio la cartulina roja (56'), tras revisión del video.
A partir de entonces fue otra la historia para los locales, que con un elemento menos en el campo de juego tuvieron que priorizar el cero en su zaga, ante un adversario que aprovechó, y mando a Giovanni Moreno a mover los hilos del mediocampo. La entrada del 'flaco' puso en aprietos al anfitrión, que a los 70' pasó un gran susto, con un tanto invalidado al volante Dorlan Mauricio Pabón.
Ni siquiera la entrada del paraguayo Gustavo Adrián Ramírez por Juan Fernando Caicedo le ayudó a los 'Musicales' en su objetivo de alejar de su territorio a la ofensiva verdolaga. Con todo ello, los locales soportaban el 'aluvión' de los 'verdolagas', hasta que llegó el fatídico 90+1', en el que el más pequeño de los contrarios, Jarlan Barrera, marcó de cabeza. Y dejó mudo al Murillo Toro.
De la 'paternidad' de la 'tribu', a la desazón en el 'Coloso', ante un contrincante que, todo hay que decirlo: se sacudió con honores del yugo en el que estaba contrlado y dio la vuelta por segunda vez en la historia de los torneos cortos fuera del Atanasio Girardot. Pasarán los años para que este nuevo mazazo se borre de la mente del hincha tolimense, que vio cómo su equipo tocó el cielo con las manos.
Foto: Dimayor