¡Matagigantes! DEPORTES TOLIMA dio el 'batacazo': le ganó al Atlético Mineiro en su casa y se clasificó a los 'octavos' de la Libertadores



¡Matagigantes! DEPORTES TOLIMA dio el 'batacazo': le ganó al Atlético Mineiro en su casa y se clasificó a los 'octavos' de la Libertadores




Por: Mario Alejandro Rodríguez

Si hay un corazón fuerte, hecho para resistir hasta el más impredecible de los cataclismos, ese es el del hincha del Deportes Tolima. El mismo que es capaz de confiar hasta el último suspiro, aun cuando todo esté en su contra. El que sigue forjando su historia a pulso, sin que nadie le regale nada. Y así, con un espíritu inmortal, protagonizó una auténtica hazaña, de esas que se recordarán para toda la vida.

Cuando las apuestas estaban 12 a 1, cuando un gol lo ponía al borde del colapso, un onceno de varones plantó cara en una de las plazas más complejas del continente y salió victorioso. Apegado a su propia fe, al amor de los que nunca abandonaron, con el empuje de un millón de 'Pijaos', logró lo imposible: ganarle al Atlético Mineiro (1-2) en su casa y meterse a los 'octavos' de la Libertadores.

El césped del Mineirao se convirtió en campo bendito para un puñado de 'obreros', quienes con goles del delantero Michael Rangel (55') y Jeison Lucumí (90+1') se llevaron un botín que vale más que tres puntos: Es la reivindicación del masacrado fútbol colombiano, que tenía cuatro años, uno tras otro, con auténticos papelones. A lo grande, como el 'nuevo grande', escribió toda una epopeya.

Sasha, a los 88', parecía amargar el sueño de los 'Musicales' de verse por fin en los octavos de final. Pero fiel a su estilo, repasando al 'dedillo' la forma en que ha protagonizado sus más gloriosas noches, volvió a decir presente en el marcador. Y silenciar un templo mundialista, en el que desde hace 18 partidos el local no sabía lo que era perder en la competición. Un triunfo inobjetable con el destino.

Con la ilusión más fuerte que nunca y la capacidad para abrirse paso por Sudamérica, el 'Vinotinto y Oro' está dispuesto a dar la pelea más importante en 68 años de existencia. Y emular aquel pasado exitoso de 1982, en el que estuvo a un paso de meterse en la máxima instancia del torneo, y puso en el mapa futbolero a una pequeña región de Colombia, lejos de los reflectores mediáticos. 

Sufrido

Tras el pitazo del argentino Patricio Loustau, la iniciativa fue -como se preveía- del dueño de casa, que buscó 'volcar' el flujo de las acciones hacia el marco 'Pijao', que intentó achicar espacios y adelantar sus líneas en el sistema posterior. Por su parte, en ofensiva, la primera aparición de los foráneos se dio por intermedio de Michael Rangel, referente de todos los balones posibles en campo rival.

A los 6' y a los 9', el 'Rompecorazones' se arrimó con la intención de hacer daño en campo rival, con dos escaramuzas en las que causó alarma. A lo que se sumó a los 13' el lateral derecho Jonathan Marulanda, quien tras cazar un rebote en el borde del área la paró de pecho y sacó un potente disparo que pasó cerca del marco custodiado por el guardameta Éverson, quien apenas le hizo vista al esférico. 

Mientras la 'tribu' soportaba las aproximaciones del dueño de casa y buscó en la contra, con salida por el flanco derecho, algún tipo de desahogo, no llegaron buenas noticias desde Quito. Junior Sornoza puso en ventaja al Independiente del Valle (18') de Ecuador, que con el triunfo parcial ante América Mineiro, puso en aprietos a los 'Musicales': quienes con un gol en contra pasaban a estar fuera.

Con solidez defensiva, soportada en la pareja de Julián Quiñones y José Moya, el 'Vinotinto y Oro' supo alejar el peligro de su valla. Y, a partir de la seguridad de su sistema posterior, alzar la cabeza y salir a proponer. Aunque ante la dificultad de romper el rocoso esquema de la 'tribu', el 'galo' probó también de la media distancia, como a los 34' y 37' con el volante Ignacio 'Nacho' Fernández.

Pero fue a los 40' el momento más crítico del visitante, cuando un cabezazo de Rubens se estrelló en el travesaño, ante la impotencia del cancerbero Alexander Domínguez, quien por fortuna tuvo un gran aliado. Y en el momento en el que los de Ibagué se reponían de semejante susto, en Sangolqui el IDV ampliaba su diferencia ante los americanos, con la anotación del venezolano Fernando Gaibor.

De héroes

La segunda mitad, el 'Vinotinto' apostó por resguardarse en su propio campo y tener sus líneas cercas al marco del ecuatoriano Domínguez, ante un contrincante que presionado por su afición tuvo que arriesgar más y de a pocos ofreció ventajas en materia defensiva. Y bastó una sola desconcentración del local, tan solo una, para que lo impensado empezara a cristalizarse. 

Sucedió a los 55', cuando en una espectacular jugada colectiva, en la que participaron Ánderson Plata Marulanda y Andrés Ibargüen, se gestó la primera conquista de la noche. Un centro ajustado desde el costado derecho del 'Piki', quien llegó a línea final, encontró en solitario a Rangel, quien de golpe de cabeza la mandó al fondo de las piolas, para desatar la felicidad en las toldas foráneas.

A partir de entonces, la historia que protagonizó el cuadro tolimense tuvo ribetes épicos. Con sus estandartes en el fondo soportó lo indecible ante un contrario que perdió los estribos en el campo, y cayó en su propio desespero. Y poco a poco, con la paciencia del constructor, edificó una proeza en el Mineirao, en el que ni siquiera los gigantes del continente se bañaron recientemente de gloria.

Los ingresos de Jeison Lucumí y Eduar Caicedo, por Daniel Cataño y Andrés Ibargüen, a los 69' y 79', respectivamente, pretendían refrescar la plantilla e ir metiendo, de a pocos, el cotejo en el 'congelador'. No obstante, el recién ingresado Sasha se encargó de poner a prueba la fe de los 'cafeteros', porque a solo 2' del tiempo reglamentario (88') superó al arquero Alexander Domínguez.

Con todo y ello, con la valentía que únicamente los grandes son capaces de tener, el 'Vinotinto y Oro' salió al frente. Con sus armas pudo hacerle daño y a un rival de respeto le 'pintó' la cara. En la adición, y con el final del partido entre Independiente del Valle, que paseó sin piedad al América MG (3-0). Arriesgar un empate seguro era una locura. Pero así se dio el lujo de apostarlo todo al triunfo.

Una productiva asociación entre Lucumí y Ánderson Plata, un 'tiki taka' maravilloso, se convirtió en el gol más gritado en la historia del equipo en el torneo internacional. Una definición exquisita, ante la salida del golero Éverson, liquidó la historia y dejó en silencio a los más de 30.000 espectadores en las graderías, mientras un minúsculo grupo vivió la mejor noche de sus vidas. ¡Apoteósico, tribu! 








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