Por: Mario Alejandro Rodríguez
Una tras otro, como boxeador que es masacrado sin piedad en la lona. Ya son siete golpes consecutivos los que ha recibido Deportes Tolima a nivel local luego de haber conquistado aquel 9 de junio del 2018 su segunda estrella en el profesionalismo. El 'Vinotinto y Oro', uno de los elencos protagonistas de la escena nacional, volvió a vivir un duro revés en una instancia definitiva, de la mano de un viejo conocido en estas lides: El ibaguereño Hernán Torres Oliveros.
Además de la caída en la gran final de la Copa BetPlay 2020 frente al Independiente Medellín, en la noche del jueves, el conjunto 'Pijao' también se quedó ad portas de la gloria en la Liga 2 2018, justamente ante este mismo rival; en las ligas de 2019, al igual que la Superliga y Copa del mismo año y, para rematar, en la Liga 2020. Después de sendas campañas, al final de cuentas el resultado fue el mismo, lo que causó un profundo dolor entre los hinchas.
En la semifinal de la Liga 2 2018, Tolima llegó con el panorama claro para definir en casa el tiquete a la máxima instancia del certamen liguero, luego del empate (2-2) en la 'ida' ante el DIM. Pero pese al masivo respaldo de la afición, el conjunto ibaguereño perdió (0-2) en el césped del Murillo Toro y dejó ir la posibilidad de pelear por el bicampeonato, lo cual hubiera sido una hazaña para un elenco que venía de romper una racha de casi 15 años sin alegrías en la competición.
Luego, en la Superliga 2019, se repitió la misma historia. De nuevo el elenco orientado por Alberto Miguel Gamero arribó con el chance de lograr el único título que le hacía falta en las vitrinas a la institución, precedido de la victoria como visitante frente al Junior de Barranquilla (1-2). Sin embargo, a segundos del pitazo final en el 'Coloso de la 37' encajó un agónico tanto del cuadro 'Tiburón', que igualó la serie y forzó a los penales, en los que se hizo gigante.
Esto apenas sería una especie de aviso para lo que se avecinaría en esa temporada. Porque el conjunto costeño se vistió de 'verdugo' en los cuadrangulares de ambos torneos semestrales. En la Liga 1 ambos oncenos arribaron a la última fecha con posibilidades de avanzar a la gran final, pero por un gol Junior dejó al margen a la 'tribu'. En tanto que en el segundo torneo el 'Pijao' se quedó a menos de 20 minutos de dar el gran salto, toda vez que no pudo ganarle en su predio a la visita.
A la par del mazazo doble sufrido en la Liga, vino la frustración copera. En la semifinal del torneo que agrupa a los equipos de Primera y Segunda División, el 'Vinotinto y Oro' recibió al Deportivo Cali en el Murillo Toro, con la obligación de remontar la derrota de la 'ida' (2-1). Y tuvo todo para hacerlo, pero desperdició un penal que, como mínimo, lo hubiera llevado a los tiros desde el punto penal, en una llave que ganó el 'Azucarero' por 3-2, pero que no revalidó en la final ante el 'Poderoso'.
Con el cambio de estratega, ante la salida de Gamero y el arribo de Hernán Torres Oliveros, las ilusiones se renovaban. Y pese a un año sin lugar a dudas atípico por la pandemia del COVID-19, el club de la 'Tierra Firme' mostró credenciales para pelear el título, pues comandó durante gran parte del campeonato el tablero de posiciones, con un invicto que se prolongó por 15 fechas. No obstante, en la fase de 'Play Offs' arrugó y cayó de nuevo ante su 'Bestia Negra': Junior.
Y como si ya no fueran suficientes las penas acumuladas hasta el momento, vino un nuevo y contundente impacto al sentimiento 'Pijao'. A partido único, Torres y sus muchachos plantaron cara, se sobrepusieron a la impune actuación del árbitro central Jhon Alexander Ospina, quien los perjudicó de manera grave, y forzaron -con más amor propio que fútbol- una dramática definición desde el punto de castigo ante los 'Rojos'. Pero con todo y ello nunca fue suficiente.
¿Por qué le cuesta tanto a los 'Musicales' dar el gran salto? Las estadísticas no mienten. De siete finales que ha disputado en el fútbol rentado, las cuales resultan a decir verdad pocas por todo su historial, solo pudo ganar tres, para una efectividad menor al 50%. La constancia no ha tenido la recompensa deseada por los hinchas, quienes intentan de forma desesperada encontrar justificación para el fracaso. O mejor, para no llorar más su mala suerte.
Foto: Dimayor