A través de una carta firmada por cuatro profesionales de la salud que integraron la mesa de expertos, la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) le hizo llegar a los ministros del Deporte, Trabajo y Salud sus observaciones sobre el protocolo de bioseguridad presentado por la Dimayor, para el retorno del fútbol a las canchas.
En la misiva que contiene 12 inquietudes, el gremio que agrupa a los protagonistas del espectáculo y directos implicados en la reanudación de las competencias a nivel local expresó serios reparos, que antes no habían sido recogidos por el titular de la cartera de Deporte, Ernesto Lucena Barrero, en los 10 interrogantes que le hizo llegar en días pasados al ente rector.
"Esperamos que estas observaciones técnicas a diversos de los ítems del 'Protocolo de acción para el regreso a actividades deportivas de las plantillas del fútbol profesional colombiano' sean de utilidad para avanzar en un protocolo de retorno al futbol concertado entre la Dimayor, los clubes y las y los futbolistas", puntualizó la asociación.
A continuación, El Rincón del Vinotinto les presenta los 12 puntos presentados por Acolfutpro según los cuales se debe hacer una revisión más a fondo del protocolo diseñado por la Dimayor, pues no reuniría -a juicio de la mesa de expertos- las preocupaciones de los futbolistas, que son los que estarán expuestos ante un retorno de las actividades.
Los puntos en cuestión
1. En la 'fase de pruebas, diagnóstico y definición del personal', de manera acertada, el protocolo sugiere que se cuente con el certificado de RT-PCR negativa para hacer parte del grupo de trabajo, con una fecha de toma no mayor a 10 días.
Esta recomendación debe ir acompañada del requerimiento de una prueba de anticuerpos IgM que debe ser tomada al momento del inicio de la agrupación. Como aspecto importante se quiere aclarar que el rendimiento de estas pruebas rápidas es extremadamente variable y muchas de las pruebas actualmente circulantes en el país no son confiables.
2. En las fases posteriores se debe mantener este mismo esquema de realización de pruebas, con una periodicidad semanal. El tamizaje posterior no se puede basar exclusivamente en las pruebas rápidas, debe incluir la realización de PCR. La razón de esto, es que en un porcentaje (22%) de los pacientes infectados y con sintomatología los anticuerpos no fueron detectables y la IgM se hace detectable en 50% de los pacientes solo a partir del día 10 de infección.
Si a esto se suma el hecho de que no conocemos la dinámica de anticuerpos en las personas asintomáticas, la confiabilidad de la prueba disminuye. Por tanto, la prueba de anticuerpos siempre debe ir acompañada de la prueba de PCR para garantizar que el personal evaluado no está transmitiendo el virus.
3. Se plantea en el documento evitar en lo posible el contacto con el personal de terapia física para disminuir el riesgo de contagio. Teniendo en cuenta que es posible un mayor desacondicionamiento físico por la suspensión de la temporada, se prevé un mayor riesgo de lesiones osteomusculares, viéndose afectado el rendimiento de los deportistas.
Si se plantea una estrategia clara de tamizaje para el personal y de la misma forma son valorados con los equipos de protección personal necesarios, se puede llevar a cabo esta actividad tan importante para la recuperación de los futbolistas.
4. En forma complementaria en el protocolo se plantea que los futbolistas activamente reporten la sintomatología, la cual puede solaparse con las mismas molestias derivadas del entrenamiento con lo cual no puede dejarse esto como único criterio para sospechar de la infección.
5. No hay un ingreso estructurado sobre el retorno a las prácticas deportivas, ni de la logística de los viajes para disputar los encuentros deportivos en términos de uso de elementos de protección personal.
6. En el protocolo se esbozan recomendaciones de limpieza y desinfección de áreas, citando el manual del ministerio de salud. Sin embargo, no se identifican recomendaciones específicas sobre la limpieza y desinfección de los escenarios deportivos, baños, camerinos, así como de los elementos a utilizar durante los entrenamientos.
7. No se contempla la responsabilidad en el marco legal y jurídico del COVID-19 como enfermedad laboral. En la medida que, si él o la futbolista adquiere el virus en su práctica de entrenamiento bien sea individual o colectiva, durante el momento de concentración previo a las competencias o en el partido de fútbol, esta se constituye en una enfermedad de origen laboral. Igual suerte con los otros trabajadores de los clubes relacionados con esta dinámica deportiva.
Esto es de responsabilidad de la ARL a la cual obligatoriamente deben estar afiliados los futbolistas y los otros trabajadores de los clubes.
8. No se contempla la educación sobre autocuidado y prevención de la infección al interior de las familias de los deportistas que están en contacto estrecho con los mismos y que puede ser fuente de la infección.
9. Anterior a las recomendaciones de la Dimayor, hay que tener en cuenta que no todos los clubes de futbol cuentan con escenario deportivo propio para adelantar sus entrenamientos, lo cual no se contempló en la elaboración del documento.
10. No se hacen recomendaciones sobre el manejo de la situación en caso de un brote.
11. No se hace recomendación sobre el manejo y seguimiento de un deportista cuando se sospecha con la infección por COVID-19.
12. No se tienen definidas las estrategias para la medición de adherencia a las recomendaciones del protocolo de acción para el regreso a las actividades deportivas, así como tampoco los mecanismos de seguimiento de las mismas.