Por: Daniel García Jr.
Dice el viejo y conocido refrán: "Más vale prevenir que lamentar". Y es lo que hoy por hoy se palpita entre el cuerpo técnico, jugadores, directiva e hinchada del Deportes Tolima. Tras la pérdida de los puntos en el partido de Rionegro, todo por un capricho innecesario de Gabriel Camargo Salamanca en alinear a Rafael Carrascal en la planilla.
En el fútbol cambia todo de una semana a otra. Se venía en alza de resultados y juego logrando tres vitales victorias: Jaguares (2-0) y Atlético Huila (0-1) por la Liga Águila 2 2019, además del triunfo de los cuartos de final de Copa Águila (0-1) frente a Atlético Nacional. Pero a la fecha, la realidad es totalmente distinta en goles, puntos y juego.
El juego ante los 'Opitas' era un encuentro en el que había que sumar, para empezar a revertir el mazazo que dejó la decisión de la Comisión Disciplinaria de la Dimayor. Y como ha sido la constante este año, al 'Vinotinto y Oro' le cuesta jugar bien y ganar en el Manuel Murillo Toro, lo que es y ha sido una deuda pendiente todo este año.
Un partido discreto. El equipo no estuvo cómodo durante los 90 minutos y le costó generar opciones de gol. La defensa no tuvo mayores inconvenientes, lo único que empieza a ser rescatable. Ahora la preocupación radica en el mediocampo, al que le cuesta pasa el balón en el último cuarto de cancha.
Carlos Robles y Larry Vásquez se han compactado bien en cuanto a lo defensivo, aunque por momentos se proyectan al ataque y dejan mal parado al equipo. Juan Pablo Nieto, con su llegada, alegró e ilusionó, pero su nivel es pésimo, además de la displicencia con la que juega. Se ve incómodo y ni en marca aporta.
Los delanteros viven de lo que creen los volantes y extremos. Y la generación ante Huila fue paupérrima, se llegaba más por ganas que por convicción. Ánderson Plata es el jugador más incisivo del equipo, pero no tiene la capacidad de resolver acertadamente las jugadas que busca.
Otro factor que inquieta, es que no hay quien genere juego y eso se ve cuando se tiene la posesión del balón y se retrocede el juego a los centrales y laterales. Un equipo que no tiene un jugador que haga diferencia en el medio, tirando un pase filtrado en profundidad o un cambio de frente que favorezca el ataque.
Se debe pensar seriamente en un cambio de esquema para jugar en Ibagué. Uno de ellos podría ser volver al juego con dos delanteros, que serían Jorge Luis Ramos y Diego Valdés: Una pareja que se podrían compenetrar debido a las diferentes condiciones que tienen. Ramos con el juego aéreo y talla que tiene. Valdés con la velocidad y técnica.
Más allá del pésimo juego, la situación es compleja. El equipo sumó el 40% en puntos en el 50% de la Liga. Por lo que el panorama en esta mitad que queda será difícil por los rivales que se enfrentaran, con los que se debe hacer más de 18 puntos para lograr la clasificación a los cuadrangulares.
El hincha salió cabizbajo del clásico del 'Tolima Grande' por lo que viene: Atlético Nacional, en la vuelta de los cuartos de final de la Copa. Un partido que será difícil y en el equipo debe recomponer el camino logrando la clasificación a semifinales y apostándole el todo por el todo a esa competición, que entrega cupo a Copa Libertadores 2020.
El mensaje al hincha es todos los partidos son diferentes y hay que tomarlo con modestia y sin triunfalismos anticipados. Independiente del antecedente que se tiene favorable al equipo. Esto es fútbol y cualquier cosa puede pasar. Se cree que en el club hay con qué revertir el momento actual.
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