Con el sufrido título de Junior de Barranquilla, tras una emotiva definición desde el punto penal ante Deportivo Pasto, en el estadio El Campín de Bogotá, llegó a su fin este miércoles la Liga Águila 1 2019: A solo tres días -ni más ni menos- del debut de la Selección Colombia en la Copa América.
Para Jorge Enrique Vélez, presidente de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), el torneo fue un éxito, más que todo por la cantidad de espectadores que asistieron a los dos encuentros de de la máxima instancia, y la capacidad de generar sensaciones en los amantes al FPC.
🏆⚽️Estas fueron las palabras del presidente de la @Dimayor @jevelezg finalizada la #LigaAguila I-2019⚽️🏆 pic.twitter.com/S8atkPUgyJ— DIMAYOR (@Dimayor) 13 de junio de 2019
"Éxito total, era lo que quería el fútbol en Colombia, sufrir hasta el último minuto. Llevamos un campeonato con fortaleza, en donde el público nos acompañó, el comportamiento fue excelente y hubo un muy buen arbitraje", indicó Vélez.
Sin embargo, el torneo que recién termina se podría catalogar como el más improvisado en los últimos años. Tanto así que el partido decisorio no se jugó en la sede natural del elenco nariñense, sino en la que le tocó por presión del propio ente rector, que tenía que responderle a patrocinadores y cableoperadores de televisión.
Cúmulo de malas decisiones
Desde el pitazo inicial, aquel 25 de enero en el estadio La Independencia de Tunja, se veían venir toda serie de situaciones que dejaron muy mal parado al organizador del espectáculo, pese a las 'flores' de Vélez en sus declaraciones.
En primer lugar, el cambio del sistema de campeonato, de 'Play Offs' a cuadrangulares semifinales, hizo que se jugarán tres jornadas más que las programadas para las dos ediciones de la Liga Águila 2018: De 25, incluida la final, a 28. Todo bajo la complacencia de la presidencia de la entidad, que se 'lavó las manos'.
En la fase regular volvió la fecha de clásicos, con lo que se pasó de 19 a 20 fechas, pero a los clubes que avanzaron a la semifinal les correspondió jugar dos encuentros más para llegar a la máxima instancia.
Para los elencos que estuvieron en eventos internacionales, el calendario sin duda les jugó en contra: Clubes como Deportes Tolima y el propio Junior llegaron a 36 encuentros en menos de cinco meses, solo para satisfacer el capricho de dirigentes como Gabriel Camargo, Enrique Camacho y Juan Fernando Mejía.
Algo insólito: Sabían desde diciembre que la segunda fase de la Copa Sudamericana se iba a 'atravesar' en los cuadrangulares. Por eso es que en el grupo B a tres de los cuatro equipos les tocó afrontar este duro reto, y los tres quedaron eliminados: Tolima, Deportivo Cali y Atlético Nacional.
Como el torneo se extendió, equipos perdieron jugadores en la instancia definitiva. Millonarios no contó el venezolano Wuilker Fariñez, América resignó a su coterráneo, el delantero Fernando Aristeguieta; Tolima 'perdió' al arquero Álvaro Montero y Junior, el campeón, no tuvo al extremo Luis Díaz. Estos dos últimos convocados por la Selección Colombia.
La injusticia
Con el agravante de que se eliminó, ya sea por error colectivo o voluntad de la Dimayor, el ítem de desempate más justo de los últimos años: El llamado 'punto invisible', que premiaba en caso de igualdad en puntos a aquel equipo que hubiera hecho mejor las cosas en el 'Todos contra todos'.
Ese simple aspecto jugó en contra de los intereses del 'Vinotinto y Oro', que terminó la primera ronda en una mejor posición que los 'Tiburones', pero quedó eliminado debido a que se aplicó el que pondera el gol diferencia, que puso en igualdad de condiciones rendimientos disimiles.
Estadios no aptos
La más reciente polémica corrió por cuenta de 'arrebatarle' al Pasto el derecho de terminar en su cancha, el estadio de Ipiales, la serie ante Junior. Pese a que el escenario fue aprobado para aprobar los cuadrangulares y recibió a rivales como Millonarios, Cali, América y Medellín.
Así el cuadro nariñense debió trasladar su localía 916,3 kilómetros hasta Bogotá, en donde jugó como 'visitante': Pues en las graderías del 'Coloso de la 57' hubo más presencia de hinchas del onceno 'Tiburón'. Con todo y ello dio la pelea y forzó los tiros desde el punto penal.
La gran pregunta es: ¿Por qué entonces se le dio el aval a los nariñenses de jugar en tierras de Las Lajas si desde el principio no cumplía los requisitos en capacidad y facilidades? Solo en 2017 a Cortuluá, con un escenario en mejores condiciones, le impidieron oficiar como local en la temporada.
Pero el caso del 'Tricolor' no fue el único que se registró en esta primera parte del año en materia de estadios. El Atlético Huila sigue disputando sus encuentros en las 'ruinas' del Plazas Alcid, que no tiene tribunas acordes, ni tampoco cabinas de prensa y camerinos propios del fútbol colombiano.
Y qué decir del Unión Magdalena, que solo puede jugar sus encuentros en horario diurno, pues aún no cuenta con sistema de iluminación decente. Solo por citar los dos casos más relevantes en este sentido, duramente criticado.
Asistencias
Contrario a lo que se pensaría, las taquillas hechas por los equipos en los cuadrangulares no colmaron las expectativas. A excepción de Millonarios, que tuvo el mejor promedio, con dos de los tres partidos con más de 25.000 espectadores, el flujo en los escenarios deportivos no fue el mejor.
La afición del Unión brilló por su ausencia, lo mismo que le pasó a América, Nacional y Cali, que resignaron al menos una de sus tres taquillas en esta instancia. Por su parte, en Ibagué, los hinchas no respaldaron en masa al 'Pijao', que no fue capaz de llenar su casa en los tres encuentros.
Es apenas normal que, a mayor número de encuentros, el promedio general suba, como lo ha indicado Vélez en diferentes entrevistas. Pero la emoción que se vivía en los 'Play Offs', con tribunas llenas, fue en detrimento en esta ocasión. Por desgracia no existen cifras oficiales de todos los clubes que permitan hacer un análisis más fiel.
Otros 'lunares'
La censura a periodistas y medios de comunicación independientes aplicada desde los clubes, y permitida por la Dimayor, sigue siendo una de las graves fallas en la organización parte del ente rector, plenamente conocida por la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip).
Solo basta con recordar la situación que vive actualmente El Rincón del Vinotinto, medio al cual han ninguneado desde la dirección de comunicaciones de esta entidad. Pero en diferentes ciudades, como Medellín, Bucaramanga, Manizales y Cartagena, se han encargado de obstaculizar la labor periodística.
Los casos de violencia en los estadios y fuera de ellos, siguen siendo la constante en rentado criollo. En un solo fin de semana, el del pasado 2 de junio, en tres plazas del país se registraron serios incidentes, sin que hubiera una postura férrea por parte de Vélez y su grupo de trabajo.
Los hinchas del América invadieron el césped del Pascual Guerrero, los de Millonarios se enfrentaron con armas blancas a la Policía en Santa Marta y en Ibagué seguidores 'verdolagas' se metieron a la fuerza al estadio Murillo Toro, en hechos en los que lesionaron a una integrante de logística.
Y en cuanto a los jueces, fue tan irregular el nivel de algunos de ellos que, por ejemplo, el vallecaucano Carlos Betancur terminó dirigiéndole al Junior tres de sus últimos seis partidos en el certamen. Y que Vélez, en algún momento, llegó a pensar en 'importar' silbatos, además de pedirle a la Comisión serias reprimendas a quienes cometieran sendas fallas.
Fotos: Dimayor y suministradas
Y en cuanto a los jueces, fue tan irregular el nivel de algunos de ellos que, por ejemplo, el vallecaucano Carlos Betancur terminó dirigiéndole al Junior tres de sus últimos seis partidos en el certamen. Y que Vélez, en algún momento, llegó a pensar en 'importar' silbatos, además de pedirle a la Comisión serias reprimendas a quienes cometieran sendas fallas.
Fotos: Dimayor y suministradas