La historia de la que es protagonista el hoy arquero del Deportes Tolima, Álvaro David Montero Perales, no es nueva para la institución de la 'Tierra Firme', que ha tenido una infortunada coincidencia en ese puesto del campo.
El meta guajiro, quien tuvo un resultado adverso en el que se le detectó Isometepteno, compuesto presente en medicamentos para combatir la migraña, es un caso más en el que el consumo de medicamentos le pasan factura a un jugador profesional; al parecer por natural desconocimiento.
A Álvaro una prueba hecha el pasado 21 de noviembre, en el empate (2-2) ante Independiente Medellín, por la semifinal (Ida) de la Liga Águila 2 2018, lo tiene ad portas de un proceso que le podría traer una suspensión como profesional.
Lo anterior por presuntamente infringir las normas de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA o WADA, por sus siglas en inglés), en la categoría S6, inciso B, en la que se estipulan los estimulantes específicos no permitidos en la actividad física.
Antecedentes
El 30 agosto de 2011, el guardameta barranquillero Jáner Serpa fue suspendido por dos meses por parte de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), tras detectársele en una prueba Simutramina: Sustancia para la pérdida de peso. Un proceso que comenzó en enero de ese año.
En ese entonces, su lugar en el primer equipo lo tomó el guardameta paisa Alejandro Botero, quien estuvo por clubes como Independiente de Argentina, Argentinos Juniors y Boyacá Chicó, entre otros.
Y el 3 noviembre de 2017 el sancionado fue el cancerbero santandereano Luis Delgado, quien había dejado de pertenecer a la institución desde mediados de año. El golero recibió un castigo de seis meses casualmente por el mismo compuesto: Simutramina, en el producto 'Lipoblue'.
A Delgado se lo encontraron tras la muestra practicada el 8 de diciembre de 2016, en el partido entre el 'Vinotinto y Oro' y Atlético Bucaramanga, por la semifinal (Ida) de la Liga 2 de ese año. Aunque no jugó ese día, le correspondió al control, en el que registró el positivo.
A estos casos se suma el del volante Christian Marrugo, que contrario a los demás jugadores contó con suerte y no recibió sanción, pues la reportó ante los entes correspondientes. Fue en octubre de 2010, cuando le hallaron Hidroclorotiazida, la cual ingería para controlar una hipertensión arterial.