El 13 de diciembre de 2015, luego de la eliminación en la Liga Águila 2 a manos de Junior de Barranquilla, eran cientos los que en redes sociales pedían una sola cosa al dueño del club, Gabriel Camargo: La salida del delantero chocoano Marco Johnnier Pérez.
Las increíbles opciones de gol que desperdició el delantero ese día quizá privaron a los 'Pijaos' de librar una lucha más pareja ante los 'Tiburones' y llegar a la anhelada final del certamen, que era esquiva desde hace cinco años.
Ya la historia se había repetido el 22 de septiembre de ese año, cuando el de Quibdó tuvo múltiples oportunidades para haberle dado la victoria a su divisa frente a Sportivo Luqueño, por los 'octavos' de la Copa Sudamericana, en una fallida serie para los 'Pijaos'.
Y es que el exitoso primer semestre, en el que se destapó con 10 conquistas, constrastaba sin duda con la mala producción del segundo, por lo cual -a la voz de la gran mayoría- su salida no era una descabellada idea.
Los insultos y la crítica incesante también se hicieron presentes en la temporada 2016, cuando Pérez solo anotó en cuatro oportunidades y estuvo más lesionado en el campo de juego.
El video aquel de su 'estrellada' presentación en el Zaragoza de España en 2010, por la que fue considerado el peor fichaje en la historia de este club, se convirtió en la más poderosa arma de sus detractores, quienes comenzaron a apodarlo 'El Asesino del gol'.
Graves faltas a la disciplina del club lo pusieron en la palestra pública. Tanto como para que el 7 de agosto de 2017 su rostro, junto al del lateral Danovis Banguero y el volante Avimiled Rivas, fueran puestos en un panfleto que se pegó en la sede de Perales y se difundió por diferentes partes de Ibagué. El ambiente era insostenible.
"No queremos más a estos tipos en la institución y menos en la titular", se leyó en los polémicos carteles, como parte de la presión de la barra popular para exigir cambios en la institución. Aunque no se tiene certeza de qué efecto tuvo esta iniciativa, lo cierto es que el 'revolcón' llegó.
Hoy, a un año y dos meses de aquel momento y con la protección de Alberto Gamero, la situación de Pérez es radicalmente distinta. De aquel que erraba las opciones más insólitas, pasó a convertir los goles más peculiares. Como el de la quijada, en Palmaseca, o el de este sábado, desde casi la mitad de cancha.
Foto: Dimayor
Se convirtió en uno de los goleadores históricos del equipo y, más allá de eso, supo llevar sobre sus hombros la responsabilidad de 'bajar' la segunda estrella. Esta vez, a diferencia de ocasiones anteriores, no decepionó y con valentía pasó al frente y pateó como todo un profesional.
De ser 'Asesino' de las ilusiones 'Pijaos', Marco se convirtió en 'El Comandante' de las mismas. Gracias a sus anotaciones se encargó de callar a sus detractores y poner al monarca criollo en la cima de la Liga, con el deseo de igualar lo que solo Nacional pudo: Ser bicampeón en un año natural.
Lo demás será ganancia para un jugador que podría estar 'quemando' sus últimos 'cartuchos' con la 'tribu', pues aún no se tiene certeza de si renovará o no su contrato. Porque escrito está: En el año 18 el número 18 apareció para llenar de gloria a toda una hinchada.