Todos los señalamientos apuntan a un máximo responsable: José Néstor Pékerman. El argentino parece ser, en voz de la gran mayoría, el culpable de la derrota de la Selección Colombia este martes ante Japón (1-2), en su estreno en la Copa del Mundo Rusia 2018.
Y a juzgar por los hombres que escogió para enfrentar a los nipones, y los recambios que hizo para revertir el mal inicio, no hay forma en la que el entrenador pueda aplacar la lluvia de críticas.
Sobre todo cuando al frente tuvo a un adversario que solo tiene dos meses de trabajo con su entrenador, Akira Nishino, quien reemplazó al serbio Vahid Halilhodzic. Que venía de cuatro partidos sin ganar en la máxima cita.
A Pékerman le reprochan en redes sociales el haber dejado en el banco al jugador más curtido en este tipo de lides: El caucano Cristian Zapata, a quien mantuvieron en la lista definitiva de 23 jugadores -pese a llegar con algunos problemas musculares- precisamente por tener un Mundial a cuestas.
También el no tener en cuenta a Yerry Mina, quien no por gratis entrena con dos de los mejores jugadores del mundo: El argentino Lionel Messi y el uruguayo Luis Suárez y que cumplió en los amistosos previos al Mundial.
Incluso de haber guardado durante 58 minutos a su hombre más importante en zona medular: James David Rodríguez, quien demostró que sí estaba en condiciones para afrontar el duelo ante los asiáticos.
A su vez, el no apelar a un jugador de experiencia como Abel Aguilar o de mejor rendimiento en zona medular, como el antioqueño Matheus Uribe; uno de los mejores calificados en los encuentros de preparación.
Y los más osados aún le recriminan por dejar al margen del plantel definitivo al volante antioqueño Edwin Cardona; cuando apenas va una de las tres fechas programadas en la primera fase.
Pero quizá los dos errores garrafales del estratega estuvieron en los cambios. Sacó a los 30' al volante Juan Guillermo Cuadrado cuando era el jugador más importante en la cancha para los 'tricolores', y luego (58') al hombre que marcó el tanto del empate parcial, Juan Fernando Quintero.
Tampoco le perdonan algunos que haya escogido a Carlos Bacca por encima de Luis Fernando Muriel para darle vuelta. Y es que 'después de la guerra todos somos generales', se dice en el fútbol, pero este no fue el técnico que demostró temple hace cuatro años en Brasil.
Es cierto que la expulsión a los 3' de Carlos Sánchez condicionó una idea de juego que tenía como base un 4-2-3-1 en cancha. Que no tiene la culpa del grosero error de Dávinson Sánchez, ni de la desconcentración de Santiago Arias en el cabezazo de Osaka. Pero también es verdad que se la jugó por los más noveles en un partido en el que era obligación sumar los tres puntos.
Frente a los polacos, que vienen de perder (1-2) ante la dura Senegal, el único resultado que servirá será el triunfo. Un empate liquida tanto a colombianos como europeos, en una llave que comenzó favorable para los que tenían menos posibilidades.