Cada conquista del Deportes Tolima ha estado cargada de sufrimiento, angustia y lágrimas. Pero la de este sábado, en la casa del 'Rey de Copas' del fútbol colombiano, Atlético Nacional y en su estadio, sobrepasó cualquier límite imaginable.
Aquel 21 de diciembre de 2003, el vallecaucano Diego Gómez se encargó de forjar en el estadio Pascual Guerrero de Cali la primera estrella en el escudo tras 49 años de espera.
Dos atajadas suyas, a Máyer Candelo y Milton Rodríguez del Deportivo Cali, pusieron a soñar a todo un Departamento, que con el disparo del uruguayo Jorge Artigas vio por fin la consagración.
Y este sábado, tras 5.284 días de sinsabores, el guajiro Álvaro Montero fue el responsable de devolverle la mística a un equipo que venía de tres frustraciones seguidas.
Por la misma vía, el costeño contuvo dos impactos: Al delantero Reinaldo Lenis y el volante Vladimir Hernández, para aguarle la fiesta a 45.000 espectadores que celebraron antes de tiempo y le daban el título 17 a los 'Verdolagas'.
"No me lo creo todavía. Estamos felices y contentos por esto que está pasando. Nunca perdimos la fe, este equipo siempre demostró eso, que somos unos guerreros. Lo buscamos hasta último momento", indicó emocionado.
Ambos, Gómez y Montero, se erigieron como héroes en un arco norte. Ambos atajaron con los pies uno de los cobros. Y ambas series terminaron 4-2 en favor de la 'tribu'. Estaba en los planes, era el momento de celebrar tras una linda casualidad.
El joven de 23 años, por el que pocos apostaron, demostró que al igual que su compañero, el paraguayo Joel Silva, es un eximio atajador en instancias definitivas.
A Álvaro le tocó soportar la presión que generó el 'remezón' en el arco. Sin tener culpa alguna, fue víctima de ataques por haber tomado el lugar que, por derecho, debía reservado para el 'guaraní'.
Pero con sendas actuaciones, se ganó el cariño de una hinchada que jamás lo olvidará. Montero, un apellido que quedó inscrito en letras de oro en la historia del más grande de los chicos.
"Le dedico esto a gente y nuestras familias, especialmente la mía que no pudo acompañarme por salud. Les dije que quería volver con el título y aquí estamos celebrando esto que no se vive todos los días", puntualizó.
Este es el primer título de Montero en su carrera deportiva, que tuvo etapas en el fútbol de Argentina y Brasil y una etapa de aprendizaje en el Torneo de Ascenso, con el Cúcuta Deportivo.
Aquel 21 de diciembre de 2003, el vallecaucano Diego Gómez se encargó de forjar en el estadio Pascual Guerrero de Cali la primera estrella en el escudo tras 49 años de espera.
Dos atajadas suyas, a Máyer Candelo y Milton Rodríguez del Deportivo Cali, pusieron a soñar a todo un Departamento, que con el disparo del uruguayo Jorge Artigas vio por fin la consagración.
Y este sábado, tras 5.284 días de sinsabores, el guajiro Álvaro Montero fue el responsable de devolverle la mística a un equipo que venía de tres frustraciones seguidas.
Por la misma vía, el costeño contuvo dos impactos: Al delantero Reinaldo Lenis y el volante Vladimir Hernández, para aguarle la fiesta a 45.000 espectadores que celebraron antes de tiempo y le daban el título 17 a los 'Verdolagas'.
"No me lo creo todavía. Estamos felices y contentos por esto que está pasando. Nunca perdimos la fe, este equipo siempre demostró eso, que somos unos guerreros. Lo buscamos hasta último momento", indicó emocionado.
Ambos, Gómez y Montero, se erigieron como héroes en un arco norte. Ambos atajaron con los pies uno de los cobros. Y ambas series terminaron 4-2 en favor de la 'tribu'. Estaba en los planes, era el momento de celebrar tras una linda casualidad.
El joven de 23 años, por el que pocos apostaron, demostró que al igual que su compañero, el paraguayo Joel Silva, es un eximio atajador en instancias definitivas.
A Álvaro le tocó soportar la presión que generó el 'remezón' en el arco. Sin tener culpa alguna, fue víctima de ataques por haber tomado el lugar que, por derecho, debía reservado para el 'guaraní'.
Pero con sendas actuaciones, se ganó el cariño de una hinchada que jamás lo olvidará. Montero, un apellido que quedó inscrito en letras de oro en la historia del más grande de los chicos.
"Le dedico esto a gente y nuestras familias, especialmente la mía que no pudo acompañarme por salud. Les dije que quería volver con el título y aquí estamos celebrando esto que no se vive todos los días", puntualizó.
Este es el primer título de Montero en su carrera deportiva, que tuvo etapas en el fútbol de Argentina y Brasil y una etapa de aprendizaje en el Torneo de Ascenso, con el Cúcuta Deportivo.
Foto: Dimayor