Por: Mario Alejandro Rodríguez
Una nueva novela, de aquellas a los que nos tienen bien acostumbrados, protagonizan por estos días el presidente del Deportes Tolima, Gabriel Camargo Salamanca y el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo.
Cada uno, a su modo, ha tratado de exponer los argumentos con los cuales trata de deslegitimar al otro, en una serie de diferencias que no tienen su origen en el manejo de lo público o lo deportivo, sino en el ámbito político, desde cuando ambos tomaron rumbos diferentes en las elecciones de 2015.
Ya a mediados de 2016, tanto Camargo como Jaramillo tuvieron el mismo 'rifirrafe' que, en últimas, ganó el exsenador, pues el burgomaestre aceptó a presentar un nuevo proyecto de acuerdo para sustituir el existente y así darle múltiples beneficios al dueño del club.
Mientras tanto, los hinchas del 'Vinotinto y Oro' ven con preocupación la posibilidad -latente- de que en su afán de ejercer presión el dirigente deportivo se lleve la escuadra a otra ciudad, como ya ha amenazado con hacerlo en diferentes ocasiones. A juzgar por sus declaraciones, una opción que le ronda por la cabeza es Armenia, con cifras mucho menores por el uso del estadio Centenario.
El Rincón del Vinotinto ha querido ponerse en los zapatos de cada uno y esbozar al menos cuatro razones principales para entender la postura de Jaramillo, y otras cuatro para tratar de justificar la de Camargo, en este 'tira y afloje' que apenas comienza.
Las cuatro de Jaramillo
1. Pérdidas en el mantenimiento del Murillo Toro: De acuerdo con el burgomaestre, el mantenimiento del gramado y el aseo al estadio Manuel Murillo Toro, al igual que otros arreglos locativos y pago de servicios públicos, tienen una renta aproximada de más de $30 millones mensuales.
El mandatario local alegó que el actual acuerdo (6% de taquilla más dos salarios mínimos mensuales) no alcanza para cubrir estas obligaciones, por lo que calcula -en cifras que aún no han sido explicadas en detalle- que las pérdidas por este ítem podrían alcanzar los $400 millones. Por ello su intención de que Deportes Tolima pague más por usar el escenario.
2. Desconfianza en los reportes del club: En el seno de la administración Municipal existe cierto recelo con las cifras presentadas por el club en cuanto a las asistencias por cada encuentro. Ya quedó demostrado a principios del año, cuando la gerente del Imdri, Diana Ximena Cepeda, le pidió explicaciones a la institución por presuntas inconsistencias en los datos entregados en los partidos de cuartos de final, semifinal y final de la Liga Águila 2 2016.
En especial con el tema de las cortesías, las cuales no correspondían en ese entonces a los conteos internos hechos por la entidad en cada uno de los accesos.
3. El ingreso de menores gratis al estadio: El alcalde y el Imdri -a diferencia del Deportes Tolima- han hecho énfasis hasta la saciedad en que se debe permitir -de manera obligatoria- el ingreso de menores entre 5 y 16 años a la tribuna Nororiental del estadio Murillo Toro, en todos y cada uno de los encuentros que dispute el equipo.
Lo anterior debido a que fue lo que se firmó en el contrato de arrendamiento 026 de 2017, el cual se venció a mitad de año y fue renovado -al parecer- con el visto bueno del club.
Allí se especifica claramente lo siguiente: "En cumplimiento del Acuerdo 019 de 2016, las partes conciertan que los niños entre 5 y 1 6 años entrarán gratis a la tribuna Nororiental. Para garantizar la entrada gratuita de los niños, el CLUB solo podrá expedir 5.750 boletas, de las cuales 2.500 serán para la tribuna Noroccidental y 3.250 para Nororiental (...) En todo caso, el ingreso de las personas, incluidos niños, no podrá superar el aforo máximo señalado".
Pese a ello sienten que Tolima le ha hecho 'conejo' a la norma en más de una ocasión, como lo denunció en el primer semestre en los juegos frente a América y Atlético Nacional, válidos por la segunda y cuarta jornada de la Liga 1 2017; al igual que en el juego ante Bolívar del 2 de marzo, por la fase 1 (Ida) de la Copa Conmebol Sudamericana.
4. Temor a cometer errores del pasado: El alcalde Jaramillo ha evitado darle las mismas gabelas que en el pasado gozó Camargo y Deportes Tolima, con las administraciones de Jesús María Botero y Luis H. Rodríguez, los cuales le permitían jugar al equipo en el escenario sin pagar un solo peso. La razón: Blindarse en materia legal, pues como lo ha dicho en varias ocasiones, en su concepto podría incurrir en prevaricato por favorecer a una entidad privada.
Pese a que siente afecto por el club de Ibagué, como lo ha hecho saber en las tribunas populares del escenario, para el burgomaestre está por encima el interés económico de la ciudad, por lo que Camargo debe pagar más por un bien que Jaramillo ha dicho es de uso casi exclusivo de la institución.
Las cuatro de Camargo
1. Déficit económico: Según el exsenador, a la fecha el equipo registra pérdidas por cerca de $2.717 millones, de los cuales $1.017 serían del mes de junio. Por ello, pensar en un mayor tributo por la utilización del 'Coloso de la 37' es un tema que lo tiene inquieto, más aún cuando no se avizoran rivales taquilleros aparte del que tuvo el pasado domingo, con la visita de Millonarios.
Por X o Y razón Camargo en lo que va del 2017 no ha podido cristalizar ninguna de las ofertas que ha tenido por integrantes de su nómina de jugadores: El delantero Ángelo Rodríguez y los volantes Santiago Montoya y Ómar Albornoz, por lo que está pensando de dónde sacar para no solamente mantener al día a su escuadra, sino para avanzar en el proyecto que tanto lo desvela: La culminación de su sede deportiva.
2. Lo de los niños no es obligación sino convicción: El dirigente está 100% convencido de que uno de los puntos estipulados para gozar de los beneficios estipulados en el Acuerdo 019 de 2016, el ingreso de los menores gratis a la tribuna Nororiental del estadio Murillo Toro, no es condicionante para poder acceder al escenario deportivo, contrario a lo afirmado el alcalde Jaramillo.
De acuerdo con Camargo, como decidió rechazar la posibilidad de que su equipo entrene en el escenario deportivo (No lo hace desde diciembre de 2016) no está obligado a permitir siempre la entrada de los pequeños; pese a lo que dice el contrato 026 de 2017.
En este orden de ideas, el boyacense afirmó que lo de los niños lo hace más por convicción que porque sea una imposición, pues su deseo es ver poblada esa tribuna de futuros seguidores de la escuadra de la 'Tierra Firme'; eso sí, acompañados de sus padres.
3. Sí cumple con los reportes de boletería: El dirigente deportivo aseguró que le entrega al Imdri todos y cada uno de los reportes de asistencia de los partidos como local del Deportes Tolima. Y dejó en claro que el club no tiene nada que ver en los mismos, sino la firma Tú Boleta, que recoge los dineros por la venta de entradas y días después de disputado el encuentro hace la respectiva consignación a la institución, indicando dichas cifras.
Por ello se mostró molesto cuando el mandatario local insinuó que no estaban siendo claros con este aspecto y expresó su intención de hacerle llegar al gobernante, al igual que la prensa, los balances tanto del comportamiento financiero del club como del tema de la boletería, certificados por contador y revisor fiscal.
4. Denuncia persecusión: Como lo adelantábamos, el exsenador cree que la intención del burgomaestre de hacerle pagar más al club por el uso del 'Coloso de la 37' pasa más por un tema político. Y es que si algo sabía hacer muy bien Camargo Salamanca -hasta la más reciente contienda electoral- era apostarle al candidato ganador, como lo hizo con Botero y Luis H.
Es bien sabido que Camargo Salamanca tuvo dos cartas en las elecciones de alcalde en octubre de 2015: A principios de año se la jugó con Jhon Esper Toledo, pero al ver la imagen negativa del aspirante dio un viraje y anunció públicamente -a solo dos semanas de los comicios- su respaldo a Ricardo Ferro Lozano, quien al final perdió el pulso con Jaramillo.
Por este motivo el dueño del equipo representativo de la región indicó que lo de Jaramillo ha sido una persecución al trabajo de un hombre honesto, que 'mete al fuego' las manos por el manejo que le ha dado al 'Vinotinto y Oro' durante los más de 30 años que lleva bajo su mando.