Si hubo alguien que sentenció el destino del Deportes Tolima en la Copa Conmebol Sudamericana 2017, ese fue el árbitro brasileño Sandro Ricci. El silbato le entregó en bandeja de oro la clasificación a la segunda fase del evento continental al Bolívar, que solo pudo ganarle a la 'tribu' (1-0) gracias a su ayuda.
A los 45' y cuando parecía que los de Ibagué se iban a ir a las duchas por el 0-0 parcial, que a esa altura era muy favorable para sus intereses, Ricci se inventó una supuesta falta del volante Avimiled Rivas, sobre Enrique Fierro.
Ambos jugadores saltaron en búsqueda del balón y Rivas logró cabecearlo, aunque para el juez central lo hizo empujando a su adversario. Las cámaras de Fox Sports desmintieron de inmediato al mundialista, quien al final decretó la inexistente infracción.
En la ejecución del penal estuvo el veterano Juan Carlos Arce, quien supo engañar al arquero Joel Silva y decretar así el 1-0, con lo que el cuadro del Altiplano extendió su invicto como local, empató la serie ante los 'Musicales' (2-2) y avanzó a la ronda siguiente por el autogol que lo favoreció en Ibagué, el pasado 2 de marzo.
La nefasta actuación de Ricci, quien en la previa inspiraba algo de confianza por su amplio recorrido a nivel internacional, con presencia en la Copa del Mundo, Juegos Olímpicos y Eliminatorias, le hizo recordar al hincha del 'Vinotinto' una que a todas luces resultó desastrosa.
Fue la protagonizada por el paraguayo Carlos Amarilla, quien el 11 de noviembre de 2010, en el marco de los cuartos de final de la Sudamericana, le dejó de validar un gol legítimo al defensa Yesid Martínez, en el 0-0 final ante Independiente de Argentina.
El elenco 'Gaucho' se clasificó a la semifinal gracias al ítem de gol visitante, tras el 2-2 en la 'Ida', celebrada en el Murillo Toro de Ibagué.