Por: Mario Alejandro Rodríguez
Con la eliminación a cuestas en la Liga Águila 1 2017, la Copa Águila 2017 y la Copa Conmebol Sudamericana, la continuidad del estratega argentino Óscar Héctor Quintabani en Deportes Tolima se hizo insostenible.
Desde que llegó el pasado 14 de febrero (Hace 107 días), en reemplazo del destituido Gregorio Pérez, Quintabani dirigió 17 partidos en el torneo de Primera, 6 en la Copa y 2 en la Sudamericana, en los que logró una producción de solo el 40%, con 30 puntos de 75 posibles.
Cuando asumió a los 'Musicales' los recibió con tres puntos en tres salidas en la competición liguera y a partir de entonces solo logró hacer 17 unidades más, para terminar el torneo en el puesto 17, con solo 20 puntos; solo dos más que el último, Cortuluá.
Bajo su gestión la 'tribu' anotó 21 goles en el torneo de la A, pero recibió 24, para un promedio de un gol encajado cada 63,75 minutos. Sin duda uno de los más altos de la competición, a expensas de su golero, Joel Silva.
Por su parte, en la Copa Águila cosechó 10 de los 18 puntos en juego en la zona H, pero resultaron insuficientes para lograr la clasificación a la segunda fase. La eliminación significó un retroceso de ocho años, pues desde 2009 la 'tribu' no quedaba afuera en la ronda de grupos.
Estos malos precedentes se ratificaron en la Sudamericana, en la que solo pudo ganar el choque de ida (2-1) ante Bolívar. El de vuelta, celebrado este jueves en el Siles Suazo, lo perdió por la mínima, gracias a un penal inexistente.
Esta irregular producción tuvo pensando muy seriamente al presidente del club, Gabriel Camargo, quien determinó que no era factible la permanencia de 'Quinta' y lo despidió este viernes, junto a su asistente, Einar Angulo y el preparador físico uruguayo Esteban Gesto.
El exsenador, uno de los principales responsables del negro semestre de su divisa, prefirió cortar de raíz un proceso que -a decir verdad- no tuvo de parte suya las garantías necesarias para su ejecución, ni el respaldo en el campo por parte de los jugadores.
El exsenador, uno de los principales responsables del negro semestre de su divisa, prefirió cortar de raíz un proceso que -a decir verdad- no tuvo de parte suya las garantías necesarias para su ejecución, ni el respaldo en el campo por parte de los jugadores.
Rotundo fracaso
Es la primera vez desde 2007 que la 'tribu' fracasa en un semestre tanto en el rentado criollo como en la escena continental.
En aquella ocasión el equipo de Hernán Torres -quien asumió ante la destitución de Jaime De La Pava- quedó por fuera de los cuadrangulares, mientras que fue eliminado en la fase de grupos de la Copa Libertadores, a manos del Cúcuta.
En la segunda mitad del 2010, con el mismo Torres, Tolima avanzó hasta los 'cuartos' de la Sudamericana, recordada por aquel gol que le 'robaron' al zaguero Yesid Martínez y fue finalista de la Liga 2, tras superar 'in extremis' a Santa Fe. En la disputa del título cayó ante Once Caldas.
Por su parte en el semestre A de 2011, si bien quedó afuera en la fase de grupos de la Libertadores, había eliminado ya al 'Todopoderoso' Corinthians y en el rentado local llegó hasta la semifinal.
Una historia similar se vivió en el segundo semestre de 2012. Aunque los de Ibagué se despidieron de la Sudamericana en segunda fase, tras ceder ante la Católica de Chile, lograron de la mano de Carlos César Castro avanzar hasta los cuadrangulares del 'Finalización'.
Lo mismo aconteció en el primer periodo de 2013, cuando le dijo adiós a la Libertadores en la ronda de grupos, pero avanzó a la semifinal liguera con la conducción del 'C.C.'. Otra es la historia vivida en esta definición, pues dejó escapar en la última fecha su pase a la gran final.
Y en la segunda parte de 2015, bajo la conducción de Alberto Miguel Gamero, los 'Pijaos' llegaron hasta la tercera fase de la Sudamericana, instancia en la que fueron eliminados por Sportivo Luqueño y disputaron la semifinal liguera.
Ni que hablar de lo hecho el año anterior. Aunque se fracasó en el plano internacional, el 'Sonero' -campeón de la Copa Colombia 2014- llevó al Tolima a una nueva final de Primera División tras seis años, lo que hizo que el semestre fuera relativamente bueno para sus números.
Todo este historial hundió más al técnico Quintabani, quien no pudo en ninguno de los frentes que tenía, con un plantel que tenía mucho más peso que -por ejemplo- el de Patriotas, que sí logró el objetivo de avanzar en la 'Otra mitad de la gloria'.
Foto: Jorge Cuéllar - El Nuevo Día