Hace 14 años, su vida cambió drásticamente por cuestiones del amor. Un samario, que estudiaba en la Universidad del Tolima, se 'robó' su corazón y le propuso formar un hogar lejos de su tierra.
Y desde allí, en la llamada Bahía de América, a 949 kilómetros de su natal Ibagué, emprendió un camino personal y profesional que hoy por hoy es reconocido por propios y extraños. La llaman la defensora del fútbol femenino en Santa Marta, ciudad en la que puede decirse es muy feliz.
Pero en su corazón aún guarda como un tesoro los recuerdos de las veces que representó con orgullo el 'Vinotinto y Oro', en diferentes eventos nacionales.
La entrenadora Rocío Ponce es otra exponente del talento Pijao que se abre paso en la escena nacional. Gracias a su dedicación y disciplina es la actual asistente técnica del Unión Magdalena, que compite en la Liga Femenina Águila.
A sus 39 años, la profe es la mano derecha del estratega Robinson Ossa y juntos tienen a las 'ciclonas' en la segunda plaza del difícil Grupo A del certamen, con 10 puntos; a ocho de Envigado F.C.
Sus inicios
El amor de Ponce por el fútbol inició desde que estudiaba primera en el colegio. Y fue un sentimiento que heredó de su padre, Alfredo Ponce, quien fue campeón nacional de la Difútbol en 1968 y jugó con Deportes Tolima.
La hoy estratega perteneció, entre otros, al Club Maracaneiros del entrenador Luis Oviedo. Tanto él, como el profe John Agudelo, fueron importantes en su formación como futbolista y le dieron la oportunidad de ser parte de las selecciones Tolima en diferentes categorías.
Su máximo logro fue el título en 2001 del Campeonato Nacional Juvenil de la Difútbol, logrado en el viejo estadio Manuel Murillo Toro. Quizá fue una de sus últimas apariciones, toda vez que luego su vida dio un giro de 180 grados.
"Yo llegué a Santa Marta porque conocí a un hombre espectacular, mi esposo Manuel Manjarrés. Él es costeño, pero en ese entonces estudiaba en la UT. También jugaba fútbol en Maracaneiros y pertenecía a la Selección Tolima.
"Lo conocí, nos enamoramos y tuve mi primer hijo allá (Ibagué). Pero luego decidí venirme hacer mi vida aquí. Ahora tengo otro hijo que es samario", recordó Ponce.
Y es que por la familia de su pareja el fútbol también corre por las venas, pues su suegro, Manuel Manjarrés, integró la nómina del Unión que en 1968 se coronó campeona del Fútbol Profesional Colombiano; en la única alegría de la divisa de Santa Marta.
Y es que por la familia de su pareja el fútbol también corre por las venas, pues su suegro, Manuel Manjarrés, integró la nómina del Unión que en 1968 se coronó campeona del Fútbol Profesional Colombiano; en la única alegría de la divisa de Santa Marta.
Como entrenadora
Y fueron sus hijos el camino hacia la profesión que hoy ejerce con orgullo. Aunque estudió Administración Turística en la CUN, su pasión siempre fue el fútbol y se preparó para ello.
"Mis hijos pertenecían al Club del Pibe Valderrama. Pero un primo de él, Édinson González, me animó a dirigir. Empecé con la categoría de Teteros y en 2013 decidí tener un club de niñas, Real Santa Marta y así apoyar a las futbolistas de escasos recursos. Con el tiempo tenía niñas de todos los estratos", contó.
En el 2014 me contrataron el club FDC de la capital del Magdalena para dirigir un equipo Sub-13 en la Copa Disney, en la que cumplió una aceptable participación. "Mientras tanto iba haciendo otras cositas", añadió.
Esas 'otras cositas', eran nada menos que adelantar sus estudios como entrenadora. En el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) de Barranquilla estudió Entrenamiento Deportivo y en el de Santa Marta se especializó como directora técnica de fútbol. Además de eso, ha participado en diferentes seminarios a nivel nacional.
Su llegada al Unión se dio por intermedio de Carlos Silva, quien estuvo al mando del equipo profesional masculino en 2015 y fue su profesor en su proceso de capacitación.
"Él fue quien me recomendó con las nuevas directivas del Unión, cuando se supo de lo de la Liga Femenina. Y aquí estoy", expresó.
La profe se ha ganado a pulso el respeto de las integrantes del equipo femenino profesional. Y así se lo reconocen tras cada victoria, como la del pasado sábado, tras el 2-1 ante Real Santander en el Carmen de Bolívar (Bolívar).
"Todo este camino no ha sido fácil. Luchar en tierras que no son las mías fue complicado y más en el fútbol femenino. Pero ahora soy reconocida en el Magdalena como una de las defensoras de este deporte", puntualizó Ponce.
Por: Mario Alejandro Rodríguez
Fotos: Suministradas - Unión Magdalena
Fotos: Suministradas - Unión Magdalena