Por: Mario Alejandro Rodríguez
Si Gabriel Camargo creyó que con el nombramiento del argentino Óscar Héctor Quintabani iba a comenzar a 'calmar las aguas', tras haber echado al uruguayo Gregorio Elso Pérez de la dirección técnica del Deportes Tolima, se equivocó.
El hincha del 'Vinotinto y Oro', ese al que volvió a darle una bofetada moral el pasado miércoles con la destitución del charrúa, aún no olvida las graves acusaciones que el estratega hizo sobre el deseo del dirigente de 'manosearle' la nómina.
"La gota que colmó el vaso fue la sugerencia, en más de una oportunidad, de querer participar en la conformación del equipo. Esas cosas no las permitimos. Tenemos principios, como todos, pero tengo algo que no es negociable: Y es la dignidad", más directo no pudo ser Pérez, quien le dio una importante lección a todos aquellos enseñados a ser pisoteados.
Ante estas duras palabras, Camargo -fiel a su estilo- le apostó al silencio como su arma de defensa y evitó ponerle el pecho al ridículo que el mismo provocó. O al menos a los medios de comunicación serios que, en cumplimiento del rigor periodístico, querían conocer su 'verdad' en esta triste historia.
Porque a sus amigos, a los cuales les sale cada semana al aire, no tuvo problemas en darles en privado una versión que, a decir verdad, es difícil de creer. Y es que este tipo de actitudes no son raras en él, acostumbrado a manejar un doble discurso con la prensa deportiva ibaguereña.
Mientras a unos los trata de manera complaciente en los micrófonos, recibiendo a cambio todo tipo de adulaciones, a otros expulsa de ruedas de prensa como si fueran criminales, simplemente por no tragar entero. Por fortuna, el tiempo se encarga de poner a cada quien en su lugar. Y ya lo está haciendo.
Así pues, el panorama que le espera a Quintabani en el equipo de Ibagué es oscuro, negro, incierto. Los hinchas, a través de las redes sociales, le han hecho de entrada un ambiente demasiado hostil, como no se vivía desde julio de 2013, cuando de forma inverosimil Tolima perdió la posibilidad de disputar el título del fútbol colombiano de la mano de Carlos Castro.
Quintabani tendrá que aclararle a la afición cómo será la forma de trabajar de él y su cuerpo técnico. Porque lamentablemente hoy su nombre es sinómino de epítetos que están lejos de aquel hombre ganador con Atlético Nacional en 2007 y Deportivo Pasto en 2006. Esto no deja de ser lamentable, ya que su pasado está ligado a la historia de esta institución.
El veterano técnico deberá hacer públicas las facultades que tendrá Camargo en su gestión. Porque son los pocos los que desconocen que el Deportes Tolima que nos correspondió sufrir está sujeto al estado de ánimo del dirigente. De su temperamento explosivo, de su carácter dictatorial, que lo llevó a sacar a un referente del fútbol uruguayo luego de solo dos fechas.
¿Dejará el profe que Camargo le sugiera jugadores como habría prentendido hacerlo con Pérez? ¿Habrá puesto este tema sobre la mesa el boyacense? ¿Existirá alguna cláusula en el contrato que condicione su margen de maniobra? No lo sabemos.
Pero si tiene tiempo, sería bueno que Óscar Héctor le pregunte a sus colegas Alberto Gamero, Carlos Castro y Hernán Torres sobre cuáles fueron sus claves para durar un buen tiempo al frente de los 'Pijaos'.
Quizá los tres apelarán a una misma razón: Trabajo. Pero es claro que ellos, a diferencia de Pérez, si supieron comprender y complacer a Camargo, un hombre bastante particular al que Quintabani deberá rendirle cuentas todos los días.
Foto: Antena 2