Por: Mario Alejandro Rodríguez
El anhelo del volante panameño Gabriel Gómez de seguir vistiendo la casaca del Deportes Tolima hasta junio de 2017, tal cual estaba estipulado en su contrato, se esfumó de forma abrupta este lunes, cuando el presidente y dueño del equipo, Gabriel Camargo, decidió llamarlo a su oficina y prescindir de sus servicios.
La decisión, que ha sido duramente criticada en redes sociales por los aficionados, le cayó como un 'baldado de agua fría' al mediocampista, quien tenía todo listo para traerse a su familia a Ibagué en enero próximo.
El jugador ya le había conseguido colegio a sus dos hijos, quienes cursarían grado Primero en un prestigioso centro educativo de la ciudad tras culminar en su país la etapa de preescolar. También había convencido a su esposa de acompañarlo en la capital musical, donde se sentía pleno.
Vea: Gabriel Gómez se despidió de la afición del Deportes Tolima tras confirmarse su salida
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Pero mientras el 'Gavilán' soñaba con seguir volando, el dirigente le cortó las 'Alas'. Gómez, titular el pasado domingo en la gran final de la Liga Águila 2 2016, ante Santa Fe, se imaginó todo menos que ya le tuvieran reemplazo: Víctor Castillo, exjugador de Alianza Petrolera, quien fue confirmado el mismo lunes por Camargo.
Empacando maletas para irse a casa a pasar las fiestas navideñas y con profunda nostalgia por dejar suelo tolimense, el volante habló con El Rincón del Vinotinto sobre el fin de la era con los 'Pijaos', con quienes logró el pasado domingo el subcampeonato del rentado criollo.
El Rincón del Vinotinto: ¿Cuándo y cómo le dieron esta noticia?
Gabriel Gómez: Ayer (Lunes) se me llamó a la oficina, a hablar con el senador (Camargo). Pensé que podía ser el tema de las vacaciones, sobre la fecha de vuelta y esas cosas. Pero cuando me senté, él me agradeció por el trabajo, por lo profesional que era. Me mencionó que ya me tenía reemplazo en la posición, un jugador nacional y necesitaba la plaza como extranjero para contratar a otro futbolista en otra posición.
E.R.V.: Sin duda esta es una decisión que tomó por sorpresa a todos...
G.G.: La verdad es que sí, se habían hecho bien las cosas. Desde el día en que llegué traté de ser un profesional y lo fui hasta el final. Pero el señor Gabriel es el que manda, el que decide en el equipo y hoy me toca a mí llevar la sorpresa. Ya arreglamos lo que quedaba de contrato y solo queda agradecerles a todos.
E.R.V.: ¿Cómo quedaron las relaciones con Camargo?
G.G.: Creo que bien. A estas alturas de mi vida nunca lo hice ni lo voy a hacer, de pelearme con algún directivo, compañero o entrenador, porque no está dentro de mis principios. Rescato que fue muy sincero conmigo, teníamos seis meses todavía y me manifestó que si quería continuar en el equipo lo podía hacer, que me seguiría pagando, pero que no sería inscrito. Llegamos a un buen término y me despedí muy bien. Como siempre dije: El día que salga de acá lo haré por la puerta grande y creo que así fue.
E.R.V.: ¿No existía la posibilidad de ser cedido a otro club?
G.G.: No. Me sorprendió mucho esto. En el caso de (Abdiel) Arroyo (También panameño), mi empresario dijo que era de esperarse porque él no jugó mucho. Pero lo mío no. Estoy sin equipo, no sé qué hacer y toca de nuevo buscar, mirar qué posibilidades hay. Inicia un proceso de cambiar todo, cuando ya me sentía adaptado e identificado con el equipo. Pero esto es fútbol y hay que estar preparado para todo. La única oferta que tenía era la del Tolima, pero no se dio y ahora me toca comenzar a buscar. Pero sí me gustaría seguir en Colombia.
E.R.V. ¿Qué se lleva de su paso por Ibagué?
G.G.: Fue extraordinario. Solo tengo palabras de agradecimiento con todos. Viví momentos maravillosos, que me van a dejar marcado y me llevaré todos esos deseos, que al final eso es lo que queda del fútbol. De Ibagué me llevo una sensación muy buena. Sentí nostalgia cuando se me dio la noticia y creo que el impacto fue más fuerte que haber perdido el domingo la final.
E.R.V.: Se va con un sinsabor por no haber logrado la estrella...
G.G.: Lógicamente. Se formó un buen grupo, una buena familia y era una pena no haber podido alcanzar la segunda estrella para el equipo, pero valoro el sacrificio, el esfuerzo de todos. Lo dimos todo, en los 180 minutos fuimos superiores, pero infortunadamente eso no marca en el fútbol, solo ganar. Esa es la enseñanza que me deja el Deportes Tolima, que hay que ganar siempre.