Si hay un capítulo amargo en la historia de nuestro amado Deportes Tolima, es el que se vivió en la noche del 18 de noviembre de 1981, cuando algunas barandas de concreto del estadio Manuel Murillo Toro cobraron la vida de cerca de 18 hinchas.
Esa noche, como tantas otras de esa época dorada de la divisa de la 'Tierra Firme', se venía un duelo de quilates: Los de Ibagué enfrentaban al Deportivo Cali, un duelo crucial para estar en la pelea del título de ese año.
Sin embargo, el juego pasó a un segundo plano ante la calamidad que se vivió en la tribuna por lo que fue forzosamente aplazado.
Sin embargo, el juego pasó a un segundo plano ante la calamidad que se vivió en la tribuna por lo que fue forzosamente aplazado.
"Ese día me levanté muy temprano a tomar mate, luego nos reunimos con el equipo, almorzamos, tuvimos la charla técnica y nos fuimos para el estadio a prepararnos para el partido.
"Entré al baño a cambiarme y cuando salí a ver el juego de las reservas noté una ambulancia al lado del camerino del Deportes Tolima, me preocupé y comencé a preguntar qué había pasado", recordó al diario Q'Hubo Víctor Hugo Del Río, exjugador del cuadro 'Musical' y hoy entrenador de las divisiones del club.
"Entré al baño a cambiarme y cuando salí a ver el juego de las reservas noté una ambulancia al lado del camerino del Deportes Tolima, me preocupé y comencé a preguntar qué había pasado", recordó al diario Q'Hubo Víctor Hugo Del Río, exjugador del cuadro 'Musical' y hoy entrenador de las divisiones del club.
"Cuando llegué a la ambulancia que estaba cerca de la pista atlética, vi que traían a un niño en camilla, quien casualmente estaba vestido como mi hijo.
"Me asusté, lo miré y tenía la cabeza abierta, pero cuando me acerqué más, me di cuenta que no era. De inmediato salí a buscarlo, a mi otra hija y mi señora, quienes estaban en el estadio (...) ese fue un momento dramático", añadió el 'Poeta' del medio campo musical.
"Me asusté, lo miré y tenía la cabeza abierta, pero cuando me acerqué más, me di cuenta que no era. De inmediato salí a buscarlo, a mi otra hija y mi señora, quienes estaban en el estadio (...) ese fue un momento dramático", añadió el 'Poeta' del medio campo musical.
La desesperación fue total. Mientras el pánico se apoderó de los espectadores, los organismos de socorro trataban de evacuar a los heridos. Pese a ello el balance fue bastante negro.
Así reseñó este hecho el periódico El Tiempo, en un artículo del 20 de octubre de 1996 denominado Las tragedias en los estadios de Colombia.
"...De pronto, antes de que los jugadores saltaran al terreno de juego, se sintió un estruendo brutal. Una de las barandas de las tribuna occidental cedió y se fue al piso. Una mole de cincuenta toneladas cayó sobre los espectadores. Ya antes, en febrero, la cubierta de esa misma área había caído, afortunadamente, sin víctimas".
El encuentro se disputó una semana después en Bogotá, con saldo favorable a los Pijaos (1-0) con gol de Del Río. A la postre los integrantes de la tribu culminaron en el segundo lugar, detrás de Atlético Nacional; en lo que fue un nuevo subtítulo tras el conquistado en 1957.
Luz Ángela Guzmán, Manuel Romero, Hermes Castro, Néstor Botero, Olga Lucía Mahecha, Jaime Pico, Ricardo Valle, Nidia Vélez, Ovidio Bonilla, Sigifredo Farfán, José Octavio Soto, José Botero, Jesús Rozo, Enrique Navarro, Hugo Navarro y Pablo Arteaga fueron algunas de las víctimas de esta fatídica noche.
En honor a ellos se instaló en marzo de 1983 una placa conmemorativa en la tribuna occidental del máximo escenario deportivo de los ibaguereños; aunque al parecer la misma habría sido retirada durante las obras de remodelación del escenario.
Hoy elevamos una plegaria por estos aficionados que perdieron la vida en esta noche y que desde el cielo, como tantos otros que han muerto en diferentes circunstancias, alientan a su amado club.
Especial hecho por el diario Q'Hubo