Aunque recibió una multimillonaria inversión y su aspecto interior mejoró de forma considerable, con tribunas refaccionadas y el campo de juego con grama mundialista, lo cierto es que aún la remodelación del estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué no está completa. Los cerca 13 mil 900 millones de pesos presupuestados inicialmente, con una posterior adición de más de mil millones para iluminación, apenas sirvieron para poner el escenario lindo por dentro, más no por fuera.
En efecto, el 'Coloso de la 37' sigue ofreciendo a los visitantes que por estos días se dan cita en el escenario con ocasión de las pruebas de arquería -y desde este domingo 15 de noviembre con las de fútbol de los Juegos Nacionales- el mismo lánguido y deteriorado aspecto que solo quienes asisten de forma frecuente a ver al Deportes Tolima conocen de primera mano.
Paredes con rayones y humedad, puertas y rejas oxidadas, escombros y suciedad, es lo que se logra ver en un breve recorrido por los exteriores de las localidades de oriental y sur; a diferencia de las afueras occidental y parte de norte, en donde sí se vio la mano de la administración del alcalde Luis H. Rodríguez y se pintaron algunas paredes y puertas, se pusieron lámparas en los postes y se sembraron plantas.
Por ejemplo, en la denominada cancha Marte, en donde escuelas de fútbol efectúan sus entrenamientos, lo que se hizo fue recoger las rejas de otros sectores, pintadas de blanco para disimular el óxido, y brindar así algo de seguridad en este sector concurrido de día, pero solitario de noche.
Por su parte, en los espacios destinados para la venta de boletas al público en remodelaciones pasadas, se observan los residuos de los materiales utilizados en el interior, cual si fuera depósito de basura. Ni qué decir de los olores que se sentían en algunas esquinas, producto también de la falta de cultura ciudadana de los ibaguereños.
A su vez la zona sur, los escombros de la antigua caseta y las piedras siguen en su lugar, mientras se ven bolsas con residuos sólidos por doquier, al igual que excrementos, charcos de orina y algo de maleza. Parece ser que los habitantes aledaños no han aprendido que este es un bien público y que por lo tanto se debe respetar.
Lo preocupante de todo es que en los sitios donde sí alcanzó para una mano de pintura, como en las bases de las torres de iluminación de oriental, los grafitis de los mal llamados hinchas volvieron a verse sobre el gris cemento, como si no fuera suficiente muestra el mal aspecto que le han dado al Murillo Toro.
Foto Imdri.
De los afeados exteriores del escenario solo queda para rescatar, eso sí, los lugares dados a artistas locales para plasmar murales y pinturas alusivas al deporte, en los muros que había entre cerca y cerca. Eso, al menos, es un emotivo maquillaje a estas paredes carcomidas por el paso del tiempo y el abandono. Desde esta redacción prometemos mostrarles en una próxima edición estas expresiones artísticas.
Es verdad que Luis H. advirtió que de los costosos estudios que mandó a hacer para planear la remodelación del Murillo Toro, solo se haría lo que él mismo denominó la fase 1, y que el resto del coliseo deportivo debía ser intervenido por próximas administraciones. No obstante, también es verdad que incumplió su promesa de campaña y dejó incompleto el trabajo que en las urnas los ciudadanos le encomendaron.
Vea también:
[#Video]: Así luce el #MurilloToro, de cara a #JuegosNacionales y la vuelta de #DeportesTolima https://t.co/Vq11RTTjW6
— Rincón del Vinotinto (@rinconvinotinto) noviembre 2, 2015
Lo dificil no es conseguir los recursos para mejorar estos defectos en el estadio.... lo feo es la falta de cultura e importancia que le da los visitantes y la misma ciudad...
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