Por: Mario Alejandro Rodríguez
Entender al Deportes Tolima sin Gabriel Camargo sería prácticamente imposible. Para bien, o para mal, este hombre partió en dos la historia del 'Vinotinto y Oro', y hoy -a 60 años de su fundación- es el responsable máximo de sus triunfos en el profesionalismo, como también el principal doliente de sus fracasos.
Desde 1979, cuando llegó junto a Eduardo Robayo, el entonces dueño de la cadena de asaderos Kokorico, este tunjano se caracterizó por tomar decisiones polémicas que polarizaron a la hinchada y al periodismo. Pero al final, como viejo zorro que acecha a su presa, siempre se salió con la suya, e impuso su ley de negociante.
Visceral, como él sólo, ha estado inmerso en un sinfín de controversias. Como por ejemplo, esa que por los años muchos no recuerdan, cuando decidió irse a los cuatro años de su llegada a Ibagué como inversionista del club 'Pijao', después de haberlo llevado a una semifinal de la Copa Libertadores de América. Todo por serias diferencias con los dirigentes locales, que lo motivaron a tomar nuevos rumbos.
"Tuve un bache con el equipo. En ese entonces llegaron unos ‘mágicos’ y me lo dejaron descender cuando tiraron la toalla. Si llego unos meses antes hubiera salvado al Tolima del descenso. Entré y con ‘El Tucho’ paré el equipo en el 94 y ascendimos", indicó Camargo en una entrevista hecha por el diario ibaguereño El Nuevo Día.
O cómo olvidar aquella que protagonizó en 2004 con el dirigente vallecaucano Óscar Astudillo, por la presidencia de la Federación Colombiana de Fútbol. Camargo, quien en 2002 accedió a un pacto con Astudillo para dividir el periodo de cuatro años en forma equitativa, dijo sentirse traicionado por su colega, quien logró el apoyo del comité ejecutivo e impidió que el boyacense asumiera las riendas de la FCF.
"A mí me voltearon. Yo tenía que votar por Óscar Astudillo para que él fuera el presidente, el trato era que él duraba dos años en el poder y después yo asumía la presidencia de la Federación, pero no me dejaron llegar", enfatizó el presidente del elenco de la 'Tierra Firme' en un reportaje hecho por la desaparecida revista Cofradía.
"A mí me voltearon. Yo tenía que votar por Óscar Astudillo para que él fuera el presidente, el trato era que él duraba dos años en el poder y después yo asumía la presidencia de la Federación, pero no me dejaron llegar", enfatizó el presidente del elenco de la 'Tierra Firme' en un reportaje hecho por la desaparecida revista Cofradía.
No obstante, el senador -como es llamado por su paso por el Congreso de la República en los 90- es el artífice de las mayores alegrías que Tolima le da dado a sus hinchas en estas seis décadas. Bajo su mandato, la escuadra 'Musical' recuperó su lugar en el fútbol de primera división un año después de perder la categoría en 1994, se coronó campeón de la 'A' en 2003 -máximo título en la historia del equipo- y en 2014 logró la Copa Colombia, esquiva en sus primeras seis ediciones. A estos logros se suman los subcampeonatos de 1981, 1982, 2006 y 2010, y los trofeos juveniles de 2002, 2005 y 2013.
"Tengo lágrimas, porque este es un sentimiento muy fuerte. Gracias a Dios se nos dio y ahora podemos celebrar como campeones. También le agradezco al 'Chiqui' que fue un amigo leal, porque en enero tuvimos muchas dificultades para salir en el torneo, pero él fue a Ibagué y tomó el grupo", manifestó un emocionado Camargo el 21 de diciembre de 2003, día en que vio cristalizado su sueño con los 'Pijaos'.
Eso sí, don Gabriel, ese mecenas por el cual miles sienten agradecimiento, no ha sido ajejo a la crítica por su 'quejadera', en cuanto a recursos se refiere. Más aún cuando se sabe que es un experto mercader del fútbol y ha obtenido millonarias cifras por cada uno de los jugadores vendidos. Uno de ellos fue Elson Becerra, quien después de ires y venires tenía todo arreglado para regresar al 'Vinotinto', pero fue asesinado en enero de 2006.
De su vida personal es poco lo que trasciende. En su juventud fue deportista, jugó béisbol y baloncesto, pero la disciplina que lo sedujo fue el atletismo, en la que fue subcampeón nacional universitario, en la prueba de los 100 metros. Estudió ingeniería electrónica, pero tiempo después se inclinó por la Educación Física, carrera de la que hizo cinco semestres.
Es dueño de la firma avícola Incubacol, con un amplio reconocimiento a nivel nacional, y desde hace más de cuatro décadas está casado con la dirigente política Leonor Serrano, matrimonio del cual nacieron Gabriel, Catherine y César Alejandro.
Es dueño de la firma avícola Incubacol, con un amplio reconocimiento a nivel nacional, y desde hace más de cuatro décadas está casado con la dirigente política Leonor Serrano, matrimonio del cual nacieron Gabriel, Catherine y César Alejandro.
"Yo no soy tolimense, pero me siento de acá, sobre todo porque la gente me muestra mucho aprecio, me saluda en la calle y me agradece por estar a cargo del equipo. Eso para mí es muy satisfactorio", dijo en un diálogo con el periódico Q'Hubo, hace ya algunos años.
A sus 72 años, Camargo sufre de Párkinson y pese a los problemas de salud que le podría traer su consumo excesivo, es conocido amante de la Coca Cola. De eso dan fe sus más cercanos colaboradores, a quienes solicita -cada vez que llega a las instalaciones del club- un vaso con la bebida, dietética o natural, acompañado de cubos de hielo.
Su meta, dijo alguna vez para un medio local, es "entregar al equipo con tres estrellas, construir la sede deportiva y ver terminado el Estadio". Esos objetivos -al parecer- son los que le quitan el sueño y lo motivan a seguir al frente aún cuando hace un año y cuatro meses estuvo a punto de irse de nuevo, ante el rechazo de la afición.