Opinión: A todo señor...



Opinión: A todo señor...





Por: Mario Alejandro Rodríguez

El nombre de Gabriel Camargo ha sido motivo, en la última década, de posiciones encontradas entre la familia 'Pijao'. De quienes consideran que su ciclo se cumplió, y de otros, que lo ven como el 'Mesías' del equipo. Pero el miércoles, tras la consecución del título de la Copa Postobón en Bogotá, todos nosotros -los hinchas y periodistas de uno y otro bando- supimos reconocer que fue el artífice tras bambalinas del éxito, luego 11 años de frustraciones.

Camargo, al que se le criticó por su falta de visión corporativa, supo entender que sin el respaldo del aficionado -reacio ante las constantes desilusiones- no podía lograr su cometido. Y lo primero que hizo fue estimularlo a volver a las graderías, y generar una especie de semillero que poco a poco germina. Los cerca de dos mil 400 abonados que tuvo Tolima por partido en la fase regular de la Liga son una fiel muestra de ello, cuando antes las iniciativas no superaban los 400 afiliados.

Y en consecuencia con los resultados que obtuvo el plantel en la recta final del torneo liguero, y su marcado ascenso en la 'Copa de las oportunidades', el resto de los seguidores supieron contagiarse de esa buena vibra, y lo que era inimaginable hace algunas temporadas se hizo realidad. En una semana -por ejemplo- el Manuel Murillo Toro lució casi lleno en dos ocasiones, con más de 20 mil espectadores por encuentro. Todo un envión anímico que llevó al equipo a lograr sus objetivos en los dos certámenes.

Por otro lado, el dirigente comprendió que debía que hacer una inversión de calidad y no de cantidad, en pro de pelear en las competencias locales. Y por tal motivo, guiado por el sentir popular, le rescindió el contrato al ibaguereño Carlos Castro, quien tuvo un año para el olvido en la institución; terminó su vínculo con cerca de seis jugadores de poca valía que trajo a principio de año, y fue a la búsqueda de un técnico de peso, que le diera la garantía de clasificarse a los cuadrangulares de la Liga; pero también, de superar los cuartos de final de la Copa.

El escogido: nada menos que Alberto Gamero, campeón con Boyacá Chicó en 2008 del fútbol colombiano, subcampeón de la Copa Postobón en 2011, y quien en nueve ocasiones disputó la semifinal del rentado local, siendo el tercer estratega con más presencias. El samario, quien se ha destacado por defender sus ideas de forma férrea, fue fiel a su palabra y al dirigiente -como al hincha del común- le cumplió lo que le prometió. 

Con la Copa, la intención no fue participar, ni ser animador. No. Gamero fue claro, y lo que dijo en mayo, sacarse la 'espina' que tenía atrevasada desde hace tres años, lo logró un 12 de noviembre de 2014 en el mismo césped en el que la gloria le fue esquiva: El Campín. En cuanto a la Liga, la promesa a Camargo sólo podía ser una: Clasificarse a los cuadrangulares a como diera lugar. Y por fortuna lo consiguió, aunque con el sufrimiento que no se tenía estipulado. 

Pero quizá lo más importante que hay que valorar en el presidente, es que supo confiar en el talento joven, el jugador de la cantera que bien que mal ayudó a encontrar el entrenador antioqueño Humberto 'Tucho' Ortiz, y a pulso se ganó una oportunidad en el primer equipo. Fue ahí cuando Wílmar Barrios, Wilfrido De La Rosa, Didier Delgado y Ómar Albornoz, por citar los de mayor recorrido, surgieron con la divisa profesional, con resultados bastante favorables. 

Y ellos, la nueva sangre 'Pijao', serán sin duda para Camargo la forma de mantener -económicamente vivo- el sueño de miles de hinchas. Porque si hay éxitos de por medio, si se logran las metas en materia deportiva, la afición sabrá entender la partida de sus ídolos. Como seguramente sucederá con Yimmi Chará, quien vistiendo la 'Vinotinto' fue convocado a la Selección Colombia de mayores y está próximo a ser transferido al balompié del exterior.

Aún no termina el año y hay mucha tela por cortar. La ilusión de ir por el título de Liga está a la vuelta de la esquina, impulsada por lo que significó el título copero, y con la tranquilidad que da el tiquete a la Copa Sudamericana 2015. Y desde esta tribuna, sólo esperamos que este sea el tan esperado salto de calidad que se le ha pedido a Camargo. No sólo desde el punto de vista deportivo, sino también administrativo. Porque es hora de entender al Deportes Tolima, el que está ad portas de sus 60 años, como un verdadero club, con todos los aspectos que esto conlleva. 

Hoy vemos con agrado en el dirigente sus méritos en este logro. Porque como dice el refrán: A todo señor, todo honor. 







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