Tuvieron que soportar, una y otra vez, los insultos que desde la tribuna cayeron para su héroe. Incluso, por un momento, fueron víctimas de la presión del partido, y reaccionaron ante los improperios de la forma menos adecuada. Pero él, que nunca les falla, les dio una razón más para nunca dejar de creer. Porque el fútbol es de devotos, de fieles que jamás pierden la fe en sus santos.
Natalia Pereira, la esposa del delantero Héctor Acuña, y Renata, su hija, celebraron con lágrimas el tanto del uruguayo que le permitió al Deportes Tolima empatarle sobre el final al Once Caldas (3-3) y conservar su invicto en la Liga Postobón 2 tras siete fechas.
Pese a que el 'charrúa' desperdició cerca de tres opciones claras de gol, tarde que temprano supo reinvindicarse. Y lo hizo con una conquista que llevó al llanto a más de uno, que recordó el porqué se es hincha del 'Vinotinto y Oro', y vivió una jornada que pasará la historia: No por el resultado como tal, sino por una fuerte marejada de emociones.
De esta forma Acuña, quien en la Copa Postobón suma dos anotaciones, comenzó a escribir su historia en el certamen liguero, con un número que trae buenos recuerdos en la parcial tolimense: el 19.