Hace exactamente un año, un puñado de hinchas del Deportes Tolima quisieron devolverle un poco de vida a la que consideran su casa: El estadio Manuel Murillo Toro. Pero desde entonces, nadie más se preocupó por el bienestar del escenario deportivo, que luce su peor aspecto a un año y cuatro meses de los Juegos Deportivos Nacionales.
Los exteriores de las tribunas oriental, occidental y sur se encuentran en un completo abandono, por la indiferencia de la administración municipal. La humedad en la estructura, los 'regueros' de basuras y los excrementos de animales y humanos, son la constante en un lugar que también es utilizado para conciertos y elecciones.
A su vez, la falta de iluminación en estas localidades la hacen un foco de inseguridad, incluso ante la presencia policial en los partidos que disputa el equipo 'Pijao' como local. Sumado a ello, las puertas de acceso son carcomidas por el óxido, en tanto que las paredes son 'raspadas' por algunos indigentes para el consumo de alucinógenos.
Esto sin profundizar en el estado que registran las tribunas ni el césped, que es criticado por futbolistas, entrenadores y medios de comunicación a nivel nacional.
Un año de abandono
En julio del 2013, el colectivo 'El Deportes Tolima es de todos' promovió una jornada de limpieza en los exteriores del Murillo, que tuvo una interesante acogida por parte de los ibaguereños, y el respaldo de los medios de comunicación (Ver enlace).
La iniciativa se denominó #YoLimpioelMurillo y se efectuó el 28 de julio, con el apoyo del Cuerpo de Bomberos de Ibagué, Interaseo y el Instituto Municipal de Deporte y Recreación, Imdri. (Ver nota).
Cerca de 50 personas se encargaron de barrer y lavar las paredes de la tribuna sur, al igual que podar los prados aledaños. Al final de la jornada, el mensaje fue uno sólo: 'Halarle' las orejas al alcalde Luis H. Rodríguez para que cumpliera lo que prometió en campaña: Remodelar el estadio.
Sin embargo, nada se hizo por ver en buen estado al Murillo Toro. Las informaciones que indicaban -una y otra vez- que el Deportes Tolima tenía que buscar nueva casa ante el inminente cierre del escenario por obras, hicieron pensar que por fin se haría algo por el Murillo. Pero no...
La excusa del alcalde para evadir siempre fue la misma: Para qué invertir en arreglos a corto plazo, si con los Juegos Nacionales se garantiza la remodelación completa del estadio, afirmación que dejó de ser cierta cuando reconoció que no se haría todo lo que se tenía previsto en el 'Coloso de la 37' por falta de recursos.
Mientras tanto, esta es la realidad del máximo escenario de los ibaguereños, un año de la iniciativa popular que pretendió despertar conciencia en el gobierno municipal.
