Otro año de ‘vuelta’, de vuelta a lo mismo.
@Carlinhosrivera
La sensación entre los hinchas del Deportes Tolima al término del campeonato de fin de año tiende a ser la misma. La constante es quedar con el sinsabor de mirar su escudo y sólo ver una estrella, pese a las grandes campañas realizadas en el último tiempo. El sueño experimental se asemeja a lo ya vivido. Alegrías, tristezas, problemas y lesiones marcan un hito en los 'Pijaos', condenados quizás a vivir en un constante ‘déjà vu’.
Aún después de la frustración Tolima logró quedarse con el cupo a la Copa Libertadores 2013, gracias a su buena campaña en la Liga Postobón, en la que jugó 48 encuentros, de los cuales ganó 22, empató 14 y perdió sólo 12. Durante esos compromisos marcó 67 tantos y recibió 48, lo que dejó como resultado 80 puntos y el ya habitual rotulo del ‘Mejor Equipo del Año’; pero sin conseguir la segunda estrella. El 'repechaje' de la Libertadores conseguido es algo bueno, pero parece una cortina de humo mientras la interna no goza de buenas expectativas por lo vivido en el 2012.
Si bien esta campaña en números fue buena, al obtener uno de los objetivos trazados, el conformismo de anteriores temporadas en los aficionados se ha alejado. Los pedidos son mayores, exigiendo un título y buscando explicaciones a las constantes curiosidades y coincidencias que el equipo de Ibagué soporta siempre en instancias definitivas.
Los campeonatos se construyen desde la cabeza directiva ajustando la columna vertebral institucional, teniendo un orden distributivo y cumpliendo con sus obligaciones a los empleados. Estos puntos Tolima los cumple a cabalidad, con su presidente Gabriel Camargo. Pero para lograr TÍTULOS se necesita algo más que eso, se requiere una sana relación entre el grupo de jugadores y su técnico, se debe tener un lugar fijo donde entrenar, se tendría que valorar a sus jugadores juveniles, tener además objetivos claros y no cambiar de parecer por caprichos del jefe.
El equipo tiene como nombre Club Deportes Tolima S.A, pero al decir verdad, es un equipo de fútbol manejado por una sola persona, que quita y pone SOLO. Camargo ha tenido la facultad de aportar sus años a la institución, aunque esto no es suficiente, porque también ha pecado y mucho en sus decisiones como dirigente. Sus disposiciones son cada vez más cerradas, ajustadas a un manejo de empresa corriente. El no tener sede deportiva, no contar con una buena logística para sus propios eventos de fútbol, despedir a sus empleados en plena instancia final, no entregar implementación deportiva a uno de sus ‘refuerzos’ extranjeros y la falta de comunicación para difundir las noticias oficialmente genera especulación en este entorno. Estas falencias siempre se presentan y poco hacen eco, por el MIEDO de algunos a que Camargo abandone la ciudad.
Los hombres pasan y las instituciones quedan, dicho muy cierto a nivel futbolístico. Pero en Tolima los hombres que aportaron sus años, con mucho esfuerzo pasan y quedan en el olvido. Para citar tres nombres: Gerardo Vallejo, capitán de la ‘Tribu’ y el tercer jugador que más veces vistió la 'Vinotinto y Oro'; Christian Marrugo, sinónimo de entrega y sacrificio de principio a fin, quien se fue y recibió el reconocimiento solo a través de las redes sociales por parte de los hinchas y Darío Bustos, ‘borrado’ desde el día que divulgó su interés por nuevas oportunidades fuera de la ciudad que lo acogió. Estos son algunos hechos que marcan, temporada tras temporada, el rumbo erróneo de la institución.
La gratitud se manifiesta con pequeños detalles, los cuales para Camargo pasan como si nada. Para él, los jugadores son frutas jugosas al llegar a Ibagué, las exprime por años y luego las deja secas en el olvido de su soberbia.
Exigir organización no es un delito, pedir un título menos. Más parece un transgresión jugar con los sueños de los aficionados que siempre atentos esperan que su escuadra concluya con éxito la 'Operación Segunda Estrella'. Quizá muchos llamados hinchas no aparecen durante el año en los partidos, pero para aquellos que siempre están acompañando y alentando, se les debe entregar facilidades, consentirlos y acercar a los pequeños que se privan domingo a domingo de ir al estadio de su ciudad gracias a las restricciones policiales o a los malos tratos del equipo de fútbol manejado a su antojo por Camargo.
Si la imagen que se llevan los visitantes a la entrada del estadio es la de una señora regañona y hasta maleducada, si el equipo es un 'sobrinito' pobre que debe buscar día a día terreno donde entrenar, si los jugadores juveniles llegan tan sólo a dos juegos como profesionales y les cortan las ilusiones, si al líder del equipo lo agreden verbal o físicamente y el damnificado es él, si todo esto pasa, encontramos la respuesta a la falta de títulos que no se consolida debido al deterioro de la pirámide estructural.
PD: Para saber noticias del Tolima consulte www.twitter.com con su cuenta personal, examine los 'trinos' de los jugadores 'Pijaos' o siga las novedades del FPC, ya que el conducto regular de comunicación de Camargo sirve sólo cuando él lo necesita.