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Nuestro glorioso equipo, que hace tan sólo 90 días era el sólido líder del campeonato y se preciaba de una campaña casi perfecta con un rendimiento arriba del 75 %, que en todas las clasificaciones pasaba con honores, que hasta puede dejar de jugar todo un año y no puntuar y ello no le afectará en el descenso; ese mismo que con ganar unos cuantos partidos este semestre asegurará de nuevo un cupo a la Copa Sudamericana; hoy, a tres fechas de haber iniciado el campeonato local, ya le cayó la más grande de las injusticias, la de ser juzgado sin el debido proceso, sin el más simple de los defensores.
Ya tristemente se siente la voz de día y de noche, en el corrillo de la Tercera, del bar de la esquina, de la cafetería de al lado, del taxista de turno, del salón de belleza, de cualquier tertulia, la crítica por demás infame de lo propio, de lo nuestro, de lo de la casa. Hemos sido jueces supremos en malentendida justicia, nos apoderamos del derecho de ser hinchas y nos mostramos orgullosos Pijaos cuando estamos en la cumbre y aún ella encontramos el defecto, con esa falsa apreciación de ver el vaso medio vacío, para con nuestro equipo, y medio lleno para con otros y aprovechamos un momento como este para mostrarnos como los castigadores, por la última mala presentación.
Que mal entendido ser hincha, que mal entendido ser Pijao. Le damos la espalda y hundimos el dedo en el ojo a lo nuestro, hacemos campaña para que otros se unan y no vayan al estadio, no acompañen, ni con promociones en el precio de las entradas. Abandonamos uno de los mejores equipos de Colombia y se lo presentamos al país en un estadio con mil aficionados. El Deportes Tolima es UN EQUIPO MUY MADURO PARA UNA AFICIÓN TAN BICHE, creo que ya es tiempo de que reclame la dignidad perdida ante su afición, que el vergonzante abandono al nuestro equipo, se cobre y se pague.
Con el sentido respeto por todos y todas, propongo sacar en algunas fechas el equipo de Ibagué. Creo firmemente que para asistir mil hinchas a un estadio pagando hay en el Tolima y en Colombia muchos municipios que rebasarían ese número y demostrarían el aprecio y respeto por la dignidad que merece recobrar nuestro amado club. Municipios como Líbano, Espinal, Mariquita, por nombrar algunos cercanos, colocarían más de tres mil aficionados, sin contar otras plazas fuera del Departamento. La verdad a veces duele pero "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde".
Termino así proponiendo una gira alterna de sede para este glorioso y mal valorado equipo, me dolerá verlo temporalmente en otras sedes, pero mi alma estará satisfecha seguramente de que a cambio del rechazo que le damos en Ibagué, en otras latitudes se dignifica el equipo de la tribu Pijao.
Nota de la R: Este artículo no representa la posición editorial de El Rincón del Vinotinto.