Se repite la historia. Así como en el 2006, cuando se negó a aumentarle el suelo después de haber hecho una campaña memorable, con subtitulo a bordo, o como en el 2008, cuando a todas luces los jugadores no le quisieron 'caminar' pese a sus buenas intenciones y su idea de renovación, Jorge Luis Bernal salió una vez más por la puerta de atrás del Deportes Tolima.
Gracias a la actitud déspota, autoritaria e irracional de Gabriel Camargo Salamanca, quien otra vez jugó con sus sentimientos, su trayectoria y el amor hacia el 'Vinotinto y Oro', el estratega dijo nuevamente adiós, en lo que parece ser una despedida definitiva de su sueño: ser campeón del Fútbol Profesional Colombiano.
El 'apaga incendios' del exsenador en momentos de crisis como éste, pero a la vez el técnico más querido de la Institución, incluso superando a Luis Augusto 'Chiqui' García en su momento, abandonó su cargo tras serias diferencias con el septuagenario boyacense y el poco o nulo compromiso de algunos de los integrantes de la plantilla principal.
El 'Cacique', quien llegó como el reemplazante de Hernán Torres en diciembre anterior, más por descarte y presión de la afición que por convicción de Camargo, se defendió a capa y espada de la crítica incesante, que desde antes del juego frente a Nacional del primer semestre (¡Sí!, desde el 25 de febrero) profetizaba su salida del equipo que tanto ama.
Pues bien, después de ocho meses y nueve días, el tan esperado traspiés se dio, impulsado por una verdadera bomba de tiempo, que fue levemente apasiguada por el bálsamo de la clasificación a la segunda fase de la Copa Sudamericana y el dramático pase a los cuartos de final de la Copa Postobón, aparte de los 50 puntos en la reclasificación, que dejan a la divisa de Ibagué con la primera opción de ir a la Copa Libertadores mediante esa vía.
Los peores pecados de Bernal en esta última etapa con el 'D.T.' fueron el ser terco y perseverante con un grupo de jugadores que jugaron bien cuando quisieron hacerlo y no dejarse influenciar más por Camargo en sus alineaciones. Él mismo se lo reconoció hoy a Caracol Radio, cuando se despidió públicamente de la divisa local: "Algunas diferencias con el máximo inversionista por jugadores y alineaciones, en aspectos que pienso yo, son determinaciones de uso exclusivo del director técnico, nos llevó a un distanciamiento, finalizando con este ciclo".
El tiempo nos demostró que a Hernán Torres, su antecesor, lo sacó el plantel, que abiertamente y sin ningún respeto por la hinchada, se le 'paró' al orientador para que él se fuera. Y así fue. 'Hernán' prefirió marcharse antes de aceptar las 'condiciones' implícitas de Camargo, encaminadas a proteger su inversión, porque al juicio del timonel ibaguereño debían haber cambios drásticos para continuar; variantes que a la postre no se dieron.
Ya son innumerables las veces en que Bernal ha salido y vuelto al club de Ibagué. También las ocasiones en que Camargo, en su ignorancia administrativa y dirigencial, ha tomado una decisión con los 'whiskys en la cabeza'. Ejemplo de ello fue la destitución en 2007 del entrenador Jaime De La Pava, después de la derrota 1-0 frente a Cerro Porteño, por Copa Libertadores y a menos de cinco días de otro choque crucial, frente al Cúcuta Deportivo, que definía el paso a la segunda ronda del certamen de clubes más importante de América.
En nuestro concepto, es muy difícil desempeñar una labor exitosa cuando se tratan de imponer jugadores en la titular para favorecer los intereses económicos del dueño del equipo, atentando contra el rendimiento del colectivo y la autoridad del entrenador. Y más aún, cuando en él no se ejerce un liderazgo positivo desde sus capitanes, que trabaje para mejorar los errores y no para maquinar la forma de sacar al estratega de turno.
Con todo y ello, con las frecuentes y groseras incongruencias del mal llamado 'salvador' del 'Vinotinto', que ni vive en la Capital Musical ni le aporta algo de su capital financiero a ella; con la disparidad de pensamientos y opiniones en torno a quiénes son los verdaderos 'enemigos' del Club, con el escaso apoyo de la afición, que ya dejó de creer en promesas que después serán rotas; aún así, el elenco de la 'Tierra Firme' ha sido protagonista de primer orden del rentado local, pobre en su nivel futbolístico.
Ahora bien, ¿Quién quedará a cargo de la responsabilidad que implica orientar a un equipo profesional? La respuesta no es tan compleja de deducir. El 'mercader de sueños', Humberto 'Tucho' Ortiz y el novato Carlos Castro, un hombre trabajador que puede ser fácilmente el nuevo 'conejillo de indias' del político que se cree dirigente deportivo, serán los encargados de salvar el 'barco' del hundimiento total.
Para nosotros llegó la hora de hacer la purga definitiva. De 'llamar a calificar servicios', como se dice en la jerga militar, a los profesionales que de forma urgente deben salir de la institución, porque merecen nuevos aires o sencillamente porque cumplieron su ciclo en esta ciudad y ya no pueden brindarle más a nuestros amados colores.
Y entre ellos, sugerimos los nombres de Gerardo Vallejo, Yair Arrechea, Gustavo Bolívar, Christian Marrugo, Wílder Medina y Dávinson Monsalve, sólo por citar algunos de ellos. Y lo hacemos, cobijados por la libertad que nos permite este espacio, desde el cual hemos analizado la actualidad del Deportes Tolima desde hace más de cuatro años.
Nos cansamos que sean los entrenadores los que tengan que pagar con su salida y su desprestigio ante todo el país la falta de compromiso y responsabilidad de un plantel y una dirigencia hacia la consecución de un objetivo, que nos desvela tanto o más que a los hinchas desde el 22 de diciembre del 2003, un día después de alcanzar la primera estrella de nuestro escudo. Se nos agotó la paciencia para soportar las múltiples barbaridades de 'Don Gabriel', quien está muy lejos de ser el presidente que todos imaginamos.
Se viene la Universidad Católica de Chile, señoras y señores. Sólo pedimos que Dios nos coja confesados y que los jugadores tengan siquiera algo de amor propio.