Foto: Paulo Fonseca / EFE
Por: Mario Alejandro Rodríguez ([email protected])
Fuimos pisoteados en Brasil. No cabe otro calificativo para la presentación que hizo el Deportes Tolima en el estadio Arena do Jacaré de Sete Lagoas. Un marcador en contra de seis goles a uno en la Copa Santander Libertadores es un hecho que difícilmente se podrá borrar de la mente de los aficionados ´Pijaos´. Así como hace un mes largo sacamos pecho por la eliminación dada al ´todopoderoso´ Corinthians de Ronaldo y Roberto Carlos de la Copa, Hoy debemos reconocer que el equipo no es el mismo que se ganó con esfuerzo su tiquete en la fase de grupos.
Es obvio que me dolió como nunca la derrota frente al eficaz Cruzeiro de Belo Horizonte. Tanto o más que aquella que hace tres años nos sacó lágrimas ante el Boyacá Chicó por 7-2 en el rentado local. Pero lo que más nos mortifica a los hinchas del Deportes Tolima es la forma cómo se perdió. Con un esquema de juego trillado (el 4-3-2-1) que si bien en la Copa Sudamericana dio algunos resultados, no es aplicable a todos los partidos de visitante del ´Vinotinto y Oro´. Esto sumado a la displicencia de la zaga en labores de marca y la falta de definición de la zona atacante.
En la noche del miércoles, un gol de camerino nos mostró la entrada hacia el oscuro camino que nos esperaba al final de los 90 minutos. Montillo a los 3´ se encargó de darlos la bienvenida a la ´Pesadilla´. Posteriormente, Wallyson (31´), Roger en dos ocasiones (61´ y 70´), Gilberto (88´) y Thiago Ribeiro (92´) terminaron de darnos el peor paseo por la Copa; tal cual lo habían realizado con Estudiantes L.P por 5-0 y Guaraní de Paraguay por 4-0.
Después de la vergonzosa actuación, hay que analizar aspectos claves que tienen al elenco ´Musical´ en lo que podría llamar una crisis. Doce goles en tres partidos (2 de Liga y uno de Libertadores) es el más claro reflejo de que las cosas no andan para nada bien. Esto sumado a la pérdida de dos puntos vitales en el tercer juego del torneo continental, frente a este mismo rival, cuando se tuvo todo para obtener algo más que un empate a cero goles.
Las dificultades en defensa, pueden tener su origen en la falta de estabilidad de la pareja de centrales. Ante la lesión de Yair Arrechea, sus reemplazantes (Yesid Martínez y Wilmer Díaz) no han brindado las suficientes garantías para mantener solidez en el cuarteto posterior. Aparte, el trabajo del lateral Félix Noguera no ha sido beneficioso, ni en marca ni en la constante salida que debe dar por su banda.
Por su parte Julián Hurtado, ha cumplido una labor aceptable cuando se lo ha propuesto, pero sus infantiles expulsiones contrarrestan su disposición y han sido directas responsables de las debacles frente a Once Caldas por Liga y Cruzeiro por el campeonato copero.
En lo concerniente al mediocampo y la delantera, el nivel individual de algunos jugadores es preocupante. Rafael Castillo aún no se compacta con el grupo, Elkin Murillo por momentos es el gran jugador que conocimos en el pasado con el Deportivo Cali y la Liga de Quito y Santoya ya no es aquel atacante que con claridad resolvió importantes cotejos para su escuadra.
Pero el que me merece la más especial atención es el goleador Wilder Medina. Para nadie es un secreto que sí hicieron efecto negativo las informaciones sobre su presunto positivo por Marihuana. Aunque él lo quiera negar y decir que se encuentra OK, esta situación se salió de su control y comienza a hacer estragos con la mentalidad del equipo.
Ya es hora que las directivas del club tomen determinaciones serias al respecto, no tanto en la defensa del profesional ante las acusaciones (como es lógico ya lo están haciendo) sino en el acompañamiento psicológico que requiere tanto Medina como el grupo en general.
Lo vivido por el delantero ´paisa´ no es normal. Su potencial bajó, ya acumula nueve juegos sin marcar (cinco en competencia colombiana y cuatro por la Copa). Por ello, es juto y necesario que el referente del Tolima en las vallas rivales tenga la asesoría emocional que merece; por todo lo que le ha dado a esta camiseta y también por su integridad como futbolista.
En síntesis, el perder de esta forma nos deja en apuros con miras al objetivo de clasificar a los Octavos de Final de máximo certamen continental de clubes. La diferencia de gol ya nos agobia: -5, con sólo cuatro puntos en la bolsa (frente a Estudiantes que tiene seis y un partido menos) nos pone a hacer las cuentas para soñar con estar en la siguiente fase.
Para los hinchas fieles, los que no abandonan pese a la adversidad del camino, ha llegado una nueva prueba a su fidelidad y entrega total en las tribunas. Porque si llamamos a esto una crisis, sólo la podremos superar si nos unimos entorno a la plantilla de jugadores y Cuerpo Técnico. Recordemos muy bien que de situaciones peores (y de todo tipo) hemos salido juntos como una familia, pese a las desavenencias que pueda haber en torno a las personas que comandan nuestro orgullo.
En las dificultades es cuando se empieza a conocer la fortaleza de los aficionados. El domingo, en el cotejo ante el Boyacá Chicó como local los hinchas de corazón no podemos faltar a la cita que nos pone el destino en pro de demostrarle (como lo sabemos hacer) el amor a la divisa de nuestra tierra. El sendero por recorrer aún es largo para dejar al ´Vinotinto´ a la deriva.
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