El comentarista deportivo Iván Mejía Álvarez opina en el diario El Espectador sobre el buen presente del Deportes Tolima. Foto tomada de Internet.
Por: Iván Mejía Álvarez
Para El Espectador.com
Al Tolima lo pueden eliminar este jueves en Buenos Aires en la disputa del partido de octavos de final de la Nissan Sudamericana.
Al menos eso parece ser lo que pretenden los “popes” de la Confederación. Es mucho más negocio tener a Independiente en semifinales que a ese incómodo equipo colombiano. En esto se mueven demasiados intereses económicos y lo que menos parece importar a ratos es el fair play.
El arbitraje del brasileño Simon, en Ibagué, fue lamentable, acomodado y pernicioso. Pitó una pena máxima que no se ve por ningún lado y después inclinó esa cancha con la malicia que suelen hacerlo los jueces que saben demasiado del asunto. La faltica acá, la falta allá, corre que corre te voy encerrando y llevando al extremo. A veces el saber mucho perjudica. Claro, como era el ‘tolimita’, la injusticia de Simon no tuvo eco ni titulares.
No son buenas noticias para el Tolima. Uno de los árbitros ‘favoritos’ de la Confederación, el paraguayo Carlos Amarilla, será el responsable de conducir el juego de vuelta en el estadio El Cilindro de Racing, ante la suspensión del Libertadores de América, tras la brutal agresión de que fue objeto el arquero Silva, de Defensor Sporting, en el partido de vuelta de octavos de final. En sana lógica, con plena justicia y sin mostrar tanta complacencia con el equipo argentino, a Independiente debieron obligarlo a jugar en su cancha, pero a puerta cerrada. Permitirle que se traslade a una cuadra en el mismo barrio no es ningún castigo, es tan sólo una muestra fehaciente de los parámetros complacientes con ciertos equipos y ciertas federaciones. El peso de Colombia a nivel dirigencial es nulo.
Clasifique o no, Tolima ha hecho una labor inmensa durante el año de la mano de Hernán Torres. Un fútbol vistoso, bien trabajado, con jugadores interesantes y con resultados a la vista en el torneo, la reclasificación, la Nissan. Tolima es el mejor equipo de Colombia hoy por hoy, sin duda.
De su plantilla podrían hablarse muchas cosas. El toque, el sentido de ubicación, el desdoblamiento, el manejo y la inteligencia para jugar que muestra Diego Chará. No ha sido convocado hasta ahora a la selección y uno quiere creer, intenta creer, que es por la participación en la Copa. Nada más. Chará es el volante de primera línea más interesante del país. El delantero Wílder Medina también tiene un ‘cuento’ muy interesante por sus movimientos en diagonal, por la forma en que se muestra a los volantes y porque es claro en la definición.
Sí, al Tolima lo pueden sacar a las buenas o a las ‘malas’, pero lo que ha hecho hasta ahora es bueno y ese técnico, Torres, es un señor valioso para otros proyectos de mayor vuelo.