Por: Mario Alejandro Rodríguez ([email protected])
El buen arranque del Deportes Tolima en la Liga Postobón 2 2010 ha puesto a los hinchas a soñar con la pelea del título en el primer semestre.
El buen nivel del grupo de jugadores merece ser recompensado y qué mejor manera que asistir de forma masiva este sábado 13 de febrero, cuando el Vinotinto y Oro reciba a uno de los grandes del Fútbol Profesional Colombiano: Junior de Barranquilla.
El buen arranque del Deportes Tolima en la Liga Postobón 2 2010 ha puesto a los hinchas a soñar con la pelea del título en el primer semestre.
El buen nivel del grupo de jugadores merece ser recompensado y qué mejor manera que asistir de forma masiva este sábado 13 de febrero, cuando el Vinotinto y Oro reciba a uno de los grandes del Fútbol Profesional Colombiano: Junior de Barranquilla.
Tras la mala taquilla del primer juego, en el que sólo asistieron cerca de 5 mil espectadores y se tuvo la transmisión de la señal abierta de televisión, dejó al descubierto la falta de interés de la afición para con su club.
Las pésimas recaudaciones del 2009, año en el que Tolima fue protagonista de primer orden en el rentado local, son el peor antecedente con el que cuenta una hinchada que no ha tenido el sentido de pertenencia suficiente para hacerse sentir en el ámbito nacional.
La presencia en el máximo escenario de los tolimenses no puede partir solamente del deseo de ver al representativo de la tierra; sino del deber hacia una escuadra que requiere el apoyo constante de su parcial, en pro de su beneficio económico y sobre todo anímico.
Un estadio colmado de espectadores estimula un mejor rendimiento en el grupo de profesionales y genera un compromiso mayor en la búsqueda de un resultado positivo.
Si bien la inseguridad a las afueras del escenario deportivo y las dificultades económicas de la población han contribuido a la notable ausencia de hinchas, se espera que para este encuentro al menos unos 15 mil hinchas como mínimo se hagan presentes con boleta en mano para alentar al equipo ibaguereño.
Un aspecto para recalcar en forma positiva es que los precios de la boletería no sufrieron aumento alguno con respecto a los manejados en el año anterior. Con precios que oscilan entre los 8 mil y 30 mil pesos el espectáculo en la Ciudad Musical es uno de los más baratos del país, por lo cual las excusas monetarias carecerían de peso para justificar la no asistencia a los juegos del Pijao.
Para algunos este tema -el de las malas asistencias- suele ser reiterativo, cansón y falto de importancia para ser tratado a fondo. Pero por el contrario se convierte en una obligación para los medios de comunicación poner -como se dice- 'El dedo en la llaga' sobre esta problemática que tiene serias repercusiones en las finanzas de la institución, e invitar a los seguidores escépticos a ver a este equipo que ilusiona con su juego.
Se acabaron los pretextos para no ir a fútbol. El deber para el aficionado es inevitable.