El año 2009: Sin libertadores y sin final para Deportes Tolima







Llegó a su fin la campaña del Deportes Tolima en el año 2009. Y como es lógico, llegó la hora de hacer un balance de los aspectos positivos y negativos de la presentación del equipo musical en los dos torneos de la Dimayor en la categoría A y la Copa Colombia.

En el 'Apertura', Hernán Torres Oliveros tuvo un grupo de jugadores que demostraron capacidad para estar con méritos en la semifinal. El 'Vinotinto y Oro' fue líder indiscutido del certamen con un fútbol práctico, vertical, y dinámico en ataque.

Sin embargo, en el momento que se requirió de categoría para dar el paso definitivo faltó como se dice ´peso en la camiseta´ y se dejó escapar, como en el Torneo Finalización 2008, la opción de haber sido protagonista de lujo en la máxima instancia ante el mismo rival y por ende 'Bestia negra': Equidad Seguros.

La buena actuación en su casa durante los 12 juegos que disputó en el Murillo Toro, donde solo cosechó una derrota y marcó en el tablero de posiciones 31 puntos de nada sirvió para marcar la diferencia en el Grupo conformado por Once Caldas, Equidad y Chicó, cuando quedó relegado al tercer lugar con ocho unidades; dos menos que el elenco albo.

En la Copa Colombia, el panorama fue desastroso. Cinco puntos de 30 posibles fue el balance del grupo orientado por la dupla Pimiento - Torres, que ocupó el vergonzoso último lugar del Grupo F y por segunda vez consecutiva quedó eliminado en primera fase. En esta zona fue superado por elencos de la ´B´ como Expreso Rojo, Palmira y Juventud Soacha, tanto en el Murillo Toro como por fuera de él.

Para el segundo semestre las contrataciones de Iván Corredor, Milton Rodríguez, Luis Alberto Perea, Mike Campaz y Robinson Cañas prometían reforzar la base de jugadores existente; no obstante, fue muy poco lo que entregaron para el equipo, a excepción de Campaz que terminó inamovible en el onceno titular.

El rendimiento del grupo de jugadores fue irregular. De un mal comienzo de torneo, se pasó a repuntar en la tabla de posiciones hasta alcanzar con una fecha de anticipación el tiquete a la semifinal. Pese a ello, el término del 'Todos contra todos' fue amargo; debido a que se tuvo la gran posibilidad de dejar por fuera de los ocho a un adversario directo en la lucha por la Copa Libertadores como lo fue Junior de Barranquilla y no se hizo.

Un aspecto fundamental que influyó negativamente en el accionar del equipo en la segunda mitad del año fueron las constantes lesiones. Arizala, Bolívar, Ramírez y Preciado pasaron por las manos del médico Carlos Fernando Niño.

A su vez, las expulsiones irresponsables fueron causante de bajas importantes en el andamiaje del club en instancias determinantes como los cuadrangulares, al igual que la falta de definición y las fallas tanto individuales como del banquillo técnico en la lectura de los juegos.

Una palabra clave para utilizar en el grupo de jugadores y cuerpo técnico pero que no se empleó fue la jerarquía. Faltó convicción para lograr las metas propuestas. No es un secreto que la afición del Tolima se volvió exigente y no se conforma con semifinal, sino siempre busca listones más altos, los cuales no se rompieron. 74 puntos fueron suficientes para no irse con las manos vacías y tener al menos presencia internacional mediante la Copa Sudamericana.

Como elementos positivos para destacar podemos decir el buen nivel mostrado por la pareja central Monsalve - Díaz, quienes demostraron gran capacidad técnica para afrontar cada uno de los juegos en que estuvieron presentes. Asimismo, el buen trabajo de Campaz en la zona del mediocampo y la entrega y lucha del capitán Gerardo Vallejo.

También podemos recatar en lo individual a Bréiner Castillo, que fue figura en algunos juegos, aunque en otros infortunadamente fue 'villano' para los intereses del club. Por otra parte, la efectividad de Rodrigo Marangoni y Darío Bustos en el tiro libre es destacable y dieron puntos en este largo trasegar por el campeonato, sumado a la velocidad de Jorge Perlaza.

El culminar el año sin el cupo a la Libertadores, que se esfumó en 90 minutos, el no estar presente en la final cuando se tuvo argumentos futbolísticos para hacerlo, abonado a la paupérrima participación en la Copa Colombia, es para algunos un fracaso.

Torres no consiguió los objetivos propuestos y pese al trabajo y la lucha en el terreno de juego su equipo dejó con un mal sabor a sus hinchas que hasta el final estuvieron presentes acompañando al representativo local.






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